¿Cómo condujo la “Revolución de Terciopelo” a la derrota de Armenia?
Pashinyan practicó una política interna que se basaba en la exclusión de los opositores, el nombramiento de activistas de la sociedad civil conocidos por su hostilidad hacia Rusia, colocándolos en puestos claves y luego realizar despidos masivos de los oficiales que habían sido entrenados en Moscú.
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El primer ministro armenio, Nikol Pashinyan.
La revolución de 2018 conocida como la “revolución de terciopelo”.
Después de más de cuarenta días de sangrientos enfrentamientos entre Armenia y Azerbaiyán (apoyada por Turquía e "Israel"), se firmó un acuerdo de paz entre ambas partes patrocinado por la parte rusa, que reflejaba en su contenido y disposiciones la realidad sobre el terreno y la derrota militar de Armenia; Armenia perdió una gran parte del territorio de la región de Karabaj y la ciudad estratégica (Shusha) que domina la capital, Stepanakert y abandonó las tierras azerbaiyanas que había controlado en la década de los noventa del siglo pasado.
Según el acuerdo, las fuerzas de paz rusas se desplegarán por un período de cinco años, y Armenia asegurará un corredor dentro de su territorio que conecta el oeste de Azerbaiyán y la región azerí de Najicheván, que goza de autonomía y vive en completo aislamiento cerca de la frontera turca.
No hay duda de que el acuerdo consagró la derrota armenia, pero esta derrota era esperada si tomamos en cuenta el desarrollo de los acontecimientos y las opciones adoptadas por las autoridades gobernantes armenias luego de la revolución de 2018 conocida como la "Revolución de Terciopelo" (liderada esta por un grupo de organizaciones de la sociedad civil financiadas por George Soros), estas autoridades no tomaron en cuenta ni la geografía, ni la geopolítica y no sopesaron los peligros reales que amenazan la seguridad nacional armenia.
En abril de 2018, estalló una revolución de color en Armenia, que llevó al poder al político opositor Nikol Pashinyan, respaldado por Occidente, quien prometió cumplir las aspiraciones del pueblo armenio de erradicar la corrupción y convertir al país en un estado de transparencia y de derecho.
Así como en Georgia y Ucrania en el pasado, Armenia quería alejarse de la política anterior de permanecer en la órbita rusa y optó por acercarse más a los estadounidenses y europeos; Pashinyan anunció que quería adoptar una política exterior "multidireccional", pero cometió una serie de errores graves, que condujeron hoy a la derrota de Armenia:
1. La arremetida en contra las fuerzas de seguridad
Pashinyan practicó una política interna que se basaba en excluir a los oponentes mediante políticas de “limpieza administrativa”, nombró a activistas de la sociedad civil que se sabía eran hostiles a Rusia y los colocó en cargos claves; luego llevó a cabo operaciones de desmovilización masiva de los oficiales que habían sido entrenados en Moscú, por lo que el ejército armenio perdió el contacto con Rusia, así como restringió todas las comunicaciones en el ámbito de la inteligencia entre los dos países.
En mayo de 2020, Pashinyan hizo un cambio repentino en la estructura de la dirigencia de la seguridad armenia, despidiendo al jefe de la policía y al jefe de estado mayor de las fuerzas armadas; el nombramiento de Argishti Karamián (29 años, sin experiencia previa en seguridad) como jefe de la Agencia de Seguridad Nacional provocó muchas objeciones dentro de Armenia, ¡después de que fuese considerado este un paso transitorio para colocar a las fuerzas de seguridad bajo control civil!
Este asunto tuvo sus repercusiones sobre la batalla en Karabaj, ya que los armenios fallaron de una manera contundente en el campo de la inteligencia, más aún, porque pasaron por alto la seriedad de las movilizaciones militares y logísticas de Turquía y Azerbaiyán en las fronteras de Karabaj durante el verano, y le restaron importancia a las escaramuzas esporádicas que tuvieron lugar en casi toda la línea del frente, etc… los armenios solo se dieron cuenta de este error cuando ya era demasiado tarde, habiendo sido removido Karamián del cargo en medio de la batalla.
2. Cambiar la doctrina de seguridad
Para formular una “nueva estrategia para la seguridad nacional armenia”, Pashinyan contó con investigadores de centros de estudio financiados por occidente, esto surge de la idea de que el aparato de seguridad nacional necesitaba ser modernizado y que es “un legado soviético poco eficaz” porque se basa en “un modelo ruso obsoleto” y que es un sistema que falla en la “identificación de las amenazas de seguridad modernas que enfrenta Armenia hoy”; llama la atención que una de las figuras más destacadas (el Director del Centro de Estudios de Seguridad) que contribuyó al desarrollo de esta estrategia, trabajó anteriormente para las Fuerzas Especiales estadounidenses.
3. Reducir la cooperación con los rusos
Aunque Armenia sigue siendo miembro de la “Organización del Tratado de Seguridad Colectiva” que se estableció en 1992 que tiene su sede en Rusia, sin embargo Pashinyan redujo el nivel de cooperación de inteligencia y el intercambio de información de seguridad con los estados miembros, incluida Rusia e inmediatamente después de asumir el cargo en 2018, convocó al presidente de la organización (un armenio) y lo remitió a los tribunales imputándolo con el cargo de “atentar contra el orden público en 2008”, sin notificar de ello a los estados miembros y sin previo aviso.
Quizás el mayor golpe para los rusos fue el voto del representante armenio en contra el retorno de Rusia a la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (PACE) y el hecho de recibir a miembros de la oposición rusa como héroes dentro de Armenia.
Por su parte, el gobierno de la “revolución” impuso restricciones a las empresas rusas que operaban en Armenia, entre las que destaca “Ferrocarriles del Cáucaso Sur” y la empresa armenia afiliada a "Gazprom", irrumpiendo en sus oficinas con el pretexto de la evasión fiscal, lo que hizo que Rusia amenazara con suspender su manejo de los ferrocarriles y retirar a sus empresas de Armenia.
A nivel de la opinión pública, las pantallas de televisión y los medios de comunicación se ofrecieron para el uso de las élites que pedían reducir las relaciones con Rusia, y hablaban del “colonialismo ruso que intenta crear dependencia y agota los recursos armenios", pidiendo reconsiderar la decisión previa de Armenia de aliarse con los rusos y rechazar la alianza con la Unión Europea, basados en que la guerra de 2016 reveló “la falsedad de la amistad y la seguridad que Rusia brinda a Armenia”.
4. Avivando la desconfianza iraní
A pesar de que “Israel” es uno de los principales aliados de Azerbaiyán en su guerra contra Armenia – “Israel” brindó apoyo militar a Azerbaiyán en 2016 – y a pesar de la negativa del Knesset israelí de reconocer el genocidio armenio y a pesar del hecho de que el único país amigo de Armenia en su entorno geográfico cercano es Irán, Pashinyan - contrariamente a todas las reservas anteriores que han caracterizado la política armenia desde 1992, decide abrir una embajada armenia en “Israel” en 2019, y luego retira al embajador armenio en protesta por la venta de armas israelíes de tecnología moderna a Azerbaiyán durante las confrontaciones de Karabaj en 2020.
Por lo tanto, se trata de una serie de errores estratégicos, generalmente cometidos por activistas de la sociedad civil y grupos financiados por occidente cuando llegan al poder, y esto sucedió en Georgia, Ucrania y Armenia; sin embargo, la lección que los aliados de Rusia deberían aprender hoy parece ser:
Las obligaciones de Rusia con los aliados no están exentas de condiciones y deben ser recíprocas, es decir que los aliados deben intercambiar el apoyo ruso con lealtad, de lo contrario lo perderán, y Rusia hará lo que está obligada formalmente a hacer y lo que sea apropiado para sus intereses, pero si uno de los aliados decide diversificar sus opciones estratégicas, debe esperar una posición similar del lado ruso y soportar las consecuencias de sus opciones.
Las opiniones mencionadas en este artículo no expresan necesariamente la opinión de Al Mayadeen, sino que expresan exclusivamente la opinión de su autor.