Absurda o inútil ha sido la guerra contra Yemen... Una descripción muy suave
Con todas las escenas de destrucción que ahora tienen lugar sobre las cabezas de los niños en Yemen, en Saada, Hodeidah y Saná, ¿es suficiente describir la guerra como absurda o inútil? ¿No parece ahora tan surrealista la respuesta a la petición saudita?
A poco menos de dos meses de la renuncia de George Kordahi a su cargo de Ministro de Información en Líbano. Todo esto sucedió debido a su descripción de la guerra en curso contra Yemen, antes de asumir el cargo, como una “guerra inútil”.
Con todas las escenas de destrucción que ahora tienen lugar sobre las cabezas de los niños en Yemen, en Saada, Hodeidah y Saná, ¿es suficiente describir la guerra como absurda o inútil? ¿No parece ahora tan surrealista la respuesta a la petición saudita?
Sin embargo, no se puede encontrar una palabra que preservara la personalidad mediática de Kordahi, como la expresión que él utilizó a través de la palabra “absurda", que indica que es una guerra inútil, sin resultados, y que no puede alcanzar su objetivo declarado u oculto.
Esto es absolutamente cierto, ya que Arabia Saudita ha gastado más de $ 412 mil millones militarmente durante los cinco años, de 2015 a 2020, y no logró los resultados que anunció al principio de la guerra que ellos afirmaron que podían lograr en cuestiones de unas semanas, según su Príncipe Heredero, Mohammad bin Salman.
Mientras, los Emiratos Árabes Unidos siguieron el mismo camino cuando entraron en guerra y asignaron casi el 20 % de su gasto público al equipo militar, y a pesar de todo esto, el resultado no fue más que un estado de terror que se extendió entre sus inversores, y visitantes.
Entonces, es absurdo e inútil, insistir en repetir las mismas acciones, por los mismos medios, con la determinación de llegar a resultados diferentes.
Sin embargo, la descripción, "absurda", sigue siendo muy suave, porque describe la guerra desde el ángulo del opresor y el agresor únicamente, y no desde el ángulo del oprimido y el agredido.
¿Qué podría significar “absurda” para las víctimas, los mártires y los dolientes, que perdieron sus hogares e infraestructura y sufren enfermedades? ¿Son absurdas las cifras y estadísticas de desaparecidos y mártires? ¿O es absurda la imagen de los edificios destrozados y calles desgarradas?
Según un informe del Consejo de Derechos Humanos, la coalición saudí lanzó 23 mil incursiones desde marzo de 2015 hasta septiembre de 2021, una un promedio de 10 vuelos diarios, mientras, las cifras más optimistas hablan de 18 mil víctimas civiles, el 25% de las cuales son niños.
El mundo ha guardado silencio sobre todos estos crímenes, mientras se ha lamentado por los daños de lujosos edificios en los Emiratos. Asimismo, el apoyo de Trump fue interminable, hasta el punto de su retiro del Consejo de Derechos Humanos, debido a su apoyo a Arabia Saudita.
Por su parte, Biden ganó las elecciones, enarbolando la consigna de poner fin a la guerra en Yemen, y hasta el momento sigue en su “somnolencia” sin hacer nada al respecto.
Un equipo de Naciones Unidas, que no pudo llegar a todas las zonas de guerra, contabilizó las pérdidas de la guerra en un total de 200 mil personas, la mitad de las cuales fallecieron por causas indirectas, como la hambruna y la falta de servicios.
¿No es suficiente todo esto para describir la guerra de: criminal, brutal y demente?
Es la guerra saturada de los instintos del régimen saudita. Sin embargo, la imagen del cuerpo desmembrado del periodista Jamal Khashoggi es una parte inherente del instinto agresivo del Reino, y en la misma mentalidad ellos están asesinando a los yemeníes y dejando sus cuerpos bajo los escombros.
En un mundo, donde las organizaciones genuinas enfrentan al terrorismo de Estado, la respuesta sería solo en cuestión de tiempo y la superioridad de una parte no es de mucha importancia.
Las imágenes de hoy representan evidencia completa de la legítima respuesta que fue llevada a cabo por los yemeníes, cuyo resultado es la fuga de inversores y la interrupción de instalaciones vitales, en países cuyas economías no saben más que rentas y servicios.
Es la brutal guerra criminal la que requería una respuesta sincera y profunda. Ojalá la descripción fuera así desde el principio, y si el Líbano no aceptara la renuncia de Kordahi, y si él lo hubiera dicho, con franqueza: "Es una guerra brutal".