Entre Ucrania e "Israel"... la regla y la excepción en Occidente
Cuando los judíos destruyan su "estado" con sus propias manos y la sociedad israelí se desintegre desde dentro debido a la acumulación de contradicciones internas, la pérdida del espíritu sionista y el aumento de la contrainmigración... entonces el apoyo occidental no le funcionará a "Israel", después de haber llegado a su casi inevitable final.
La incitación llevada a cabo de Occidente en Ucrania, y de su presidente Zelensky, para provocar a Rusia, representa una reanudación de la Guerra Fría tras el renacimiento ruso en la era de Vladimir Putin.
Esta provocación tiene como objetivo asediar a Rusia, drenar sus capacidades y debilitar su poder, en el contexto de eliminar los centros de poder internacionales y regionales que se niegan a entrar en el orbe estadounidense, y para consolidar el sistema unipolar.
Sin embargo, Zelensky no calculó bien hasta qué límites los países occidentales podrán brindar apoyo a Ucrania, parece ser una falta de cálculo de un hombre que no sabe diferenciar entre su papel cuando es presidente y de lo que era antes como actor de cine.
Cuando la provocación ucraniana llegó a tal punto que Rusia consideró una amenaza a su seguridad nacional existencial, acudió a la opción de la fuerza armada y esto ocurrió después de advertir de acudir a esta opción, y llevó a cabo una operación militar, de manera que el presidente ucraniano se encontró solo frente de la enorme maquinaria militar rusa.
Sin embargo, esta historia se ha repetido cuando se confía en el norteamericano, y luego es demasiado tarde para los regímenes gobernantes que vincularon su destino a Estados Unidos, quienes fueron abandonados cuando estaban en peligro y necesitaban el apoyo de Occidente.
Este comportamiento estadounidense y occidental es una regla constante repetidas decenas de veces a la largo de la historia. Por ejemplo, hace mucho tiempo fue Irán y más reciente fue en Afganistán. Y dado que toda regla tiene una excepción, "Israel" es la excepción a esta regla.
Esta peculiaridad que disfruta "Israel" se irá erosionando con el tiempo al aumentar la carga moral, económica y política que la entidad sionista representa para Occidente, y este apoyo occidental no está abierto al infinito, y su fin es inevitable por la lógica de la historia y los hechos de la realidad y estimaciones del futuro.
Sin embargo, cuando los judíos destruyan su "estado" con sus propias manos y la sociedad israelí se desintegre desde dentro debido a la acumulación de contradicciones internas, la pérdida del espíritu sionista y el aumento de la contrainmigración... entonces el apoyo occidental no le funcionará a "Israel", después de haber llegado a su casi inevitable final.