Putin y Eurasia… la visión de Dugin para liberarse de Occidente
Dugin cree que “sin Ucrania, Rusia no puede convertirse en un polo soberano de un mundo multipolar”.
La revista Forbes se preguntó: ¿Cuál es la doctrina intelectual que controla la mente del hombre más poderoso del mundo, es decir, el presidente ruso Vladimir Putin? Respondiendo la misma: la palabra clave es “Alexander Dugin” (Aleksandr Gelyevich Dugin) o como se le conoce, “el cerebro de Putin”.
El pensador y político ruso Alexander Dugin es descrito como el “cerebro de Putin” o “el cerebro que lo orienta”; tiene una fuerte influencia sobre los que toman las decisiones en el Kremlin, y la lectura de su pensamiento estratégico constituye un punto de partida para entender el proyecto ruso o lo que se denomina como el “putinismo”.
Sin embargo, Dugin dice que no es asesor del presidente Putin, pero tiene una influencia “mucho más fuerte”; desde 1991, ha dado numerosas conferencias en la Academia Rusa del Estado Mayor, y posteriormente colaboró con la revista del ministerio. de Defensa, y publicó la primera edición de sus obras, y sus ideas ocuparon un lugar importante en los círculos políticos y militares.
Sus teorías atrajeron a los militares rusos porque explicaban la posición de occidente en cuanto a Rusia después del colapso de la Unión Soviética y hablaban de la continua amenaza occidental después de la disolución de la Unión Soviética, a pesar de las señales de que Rusia se estaba transformando en un país liberal, permitiendo el surgimiento de políticos que se esforzaban por integrar el estado a la cultura occidental; sus teorías proporcionaron una explicación sobre el continuo avance de la OTAN hacia Rusia, a pesar de sus concesiones militares y económicas en aquel momento.
Cuando Putin llegó al poder el 2000 con la ayuda de varias corrientes políticas de Rusia, adoptó públicamente las teorías de Dugin, tanto en su discurso político como en sus decisiones, lo cual se demostró explícitamente en su alocución anual del 2012 ante la Asamblea Federal en el Kremlin y en la cual declaró: “Rusia debe duplicar su importancia geopolítica… Rusia debe ser un país soberano e influyente en el mundo del siglo XXI en el campo de la nueva distribución de poderes económicos, civiles y militares; debemos... conservar nuestra identidad nacional y espiritual y no disolvernos como nación y permanecer como Rusia”; aquella alocución era como un mensaje codificado dirigido a las élites dando a conocer que las ideas de Dugin llegaron con él al poder.
Dugin ha escrito más de sesenta libros sobre historia, sociología, filosofía y geopolítica, entre los que destaca su libro “Los Fundamentos de la Geopolítica: el Futuro Geopolítico de Rusia”; asimismo, ha sido publicada una traducción al árabe de uno de sus últimos libros: “La Salvación de Occidente… Eurasia... las Civilizaciones Terrenales versus las Civilizaciones Atlánticas” de Editorial Alka para la publicación y la traducción en Bagdad, la obra fue traducida y presentada por el novelista iraquí Ali Badr, quien logró describir con éxito el contenido del libro de Dugin señalando que: el autor “anuncia el advenimiento del movimiento cultural euroasiático, que incluye una tesis filosófica política que es completamente antiliberal y hostil a los sistemas occidentales y a las civilizaciones atlánticas”, y comprueba a través de una lectura profunda las contradicciones de estos sistemas y su inminente colapso, percibiendo como una fatalidad histórica, que la teoría euroasiática obtendría una victoria aplastante; pero afirmando al mismo tiempo que como filosofía esta no reivindica su universalidad, ni su única polaridad, ni se impone sobre otras culturas, como fue el caso con el liberalismo a lo largo del siglo XX y a principios del presente siglo.
El eurasianismo posee dos facetas; esto es lo que reiteró en la mayoría de sus libros:
La primera es el aspecto geopolítico: Dugin considera que Eurasia es la región que se extiende entre Europa y Asia e incluye cuatro civilizaciones: la civilización rusa, la civilización china, la civilización india y la civilización iraní; Dugin se refiere a esa región con la denominación de las “civilizaciones terrenales” las cuales se encuentran en un eterno conflicto con lo que él denomina “las civilizaciones marítimas o atlánticas”, que fueron representadas en el pasado por Bretaña y Francia, y ahora por Estados Unidos.
La idea fundamental en las civilizaciones terrenales es que tienen una filosofía que explica la vida la cultura de las personas, a través de la tierra que habitan, por lo tanto, estos pueblos se adhieren a lo ancestral y espiritual, son civilizaciones holísticas y poseen costumbres conservadoras, por lo tanto, resisten ferozmente los valores de las civilizaciones marítimas atlánticas, que tienden al cambio permanente y defienden la idea del progreso.
De acuerdo con esta teoría, Rusia y todas las regiones eslavas (principalmente Ucrania) son una entidad continental independiente per se llamada “Eurasia”.
La segunda es una faceta ideológico-política: con base en su nueva división de la geografía mundial, Alexander Dugin presenta una nueva teoría sobre la política llamada la “Cuarta Teoría” donde ve que todos los sistemas políticos en la era moderna son el producto de tres teorías básicas que han resultado en un fracaso: la “democracia liberal”, el “marxismo” y el “fascismo”.
El fascismo fracasó con el final de la Segunda Guerra Mundial y el marxismo terminó con la caída de la Unión Soviética, quedando el liberalismo como la “doctrina de occidente”, pero el problema del liberalismo según Dugin, es que no se presenta como una mera teoría de la política y de la sociedad, sino como una realidad aceptada por todos los pueblos del mundo, y que está tan arraigada que el ciudadano medio no se percata que hay una teoría política que controla el mundo que lo rodea.
El resultado - según Dugin - es la sumersión del mundo en un estado de absoluta similitud que incluye la destrucción de todo lo que distingue las diferentes culturas y pueblos.
La alternativa para Alexander Dugin es formular una teoría política en la que cada una de las cuatro civilizaciones básicas se haga presente en su propia esfera geográfica: la esfera de Rusia son las regiones de habla eslava y de la fe ortodoxa hasta llegar al sur de la antigua Unión Soviética y hasta Turquía; mientras que el espacio que abarcan las civilizaciones china e india incluye todas las áreas del Asia Central y Occidental, y la civilización iraní, cubre las regiones islámicas y el Medio Oriente.
Ali Badr explica que “Rusia, eslavos, romanos, griegos, chinos, indios y musulmanes (son una entidad continental) en sí misma y se llama Eurasia”; es una definición dada por el filósofo Pyotr Yakovlevich Chaadayev en 1829 que dice: “Nosotros no pertenecemos a ninguna de las grandes familias de la humanidad, no somos ni de occidente, ni de oriente, y no tenemos tradiciones de este o aquel... nos apoyamos con un codo en China, y con el otro en Alemania; “debemos unir en nosotros los dos grandes principios de la naturaleza inteligente”, en contraste con el filósofo Alexander Herzen, quien solía decir: “Somos esa parte de Europa que se extiende entre América y Europa, y eso nos basta”.
Dugin se detiene ante Ucrania y se centra en las similitudes y el entrelazamiento cultural, religioso, lingüístico y étnico entre los dos países, Rusia y Ucrania.
Dugin había publicado previamente un extenso artículo a finales de diciembre de 2021, apenas dos meses antes del estallido de la guerra rusa contra Ucrania, bajo el título: “Ucrania en el Gran Juego”, en el que consideraba que la división que se produjo durante la era de la Unión Soviética fue solo una división administrativa, la cual se desarrolló en una secesión total después de la caída de la Unión Soviética como resultado de la intervención de occidente.
En el artículo, Dugin predijo uno de los dos escenarios a la luz del aumento de las exigencias ucranianas para unirse a la alianza occidental: la partición de Ucrania: “la ribera occidental derecha de Ucrania y Novorossiya, con un estatus especial para Kiev”, o ¡que seamos testigos de un conflicto militar armado que podría conducir a una nueva guerra mundial!
El artículo concluye: “Sin Ucrania, Rusia no puede convertirse en un polo soberano de un mundo multipolar”.
Dugin acusa a Estados Unidos de haber intentado y de haber logrado enfrentar a los dos pueblos hermanos entre sí y de apoyar a un lado, o sea Ucrania, para asestar un golpe a Rusia, que Dugin considera que revive su historia gracias a las reformas nacionalistas del presidente Putin.
Dugin afirma que hoy en la Casa Blanca, especialmente después de la destitución de Trump y la llegada al poder de Biden, hay una camarilla que denomina como “los extremistas del globalismo y el atlantismo”, simpatizantes de los neoconservadores y partidarios de salvar el orden mundial unipolar a toda costa, y son los mismos que movilizaron las protestas en Maidan en Kiev en 2013 y 2014 contra Rusia.
Dugin se basa en la geografía para justificar la política exterior del presidente Putin, por lo que cree que la guerra contra Georgia, la anexión de Crimea y la campaña militar en Siria, donde Rusia tiene una base naval en Tartus, son medidas dictadas por la necesidad geopolítica que trasciende todas las demás consideraciones.
Dicho lo anterior, el proyecto de Putin y la vuelta a la Rusia histórica sigue necesitando de muchos estudios e investigaciones, de lo contrario, ¿por qué Churchill una vez describió a Rusia como “un rompecabezas dentro de un rompecabezas envuelto en un rompecabezas”?