El Cambio climático y su latente amenaza
En este artículo el autor hace un repaso por todos los estudios y análisis que arrojan previsiones sobre el contrarreloj de la humanidad para hacerle frente al cambio climático y sus inminentes consecuencias.
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El Cambio climático y su latente amenaza
El cambio climático mantiene su latente amenaza contra la humanidad mientras cumbres mundiales tras cumbre mundiales no terminan de concretar un comino que tome como meta principal, por el momento, la supervivencia humana.
El próximo intento será en Sharm El-Sheikh (Egipto), donde tendrá lugar la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático 2022 (UNFCCC COP 27) del 7 al 11 de noviembre de 2022.
Según los últimos informes de la ONU, miles de científicos y revisores gubernamentales coincidieron en que limitar el aumento de la temperatura global a no más de 1,5 °C nos ayudaría a evitar los peores impactos climáticos y a mantener un clima habitable.
Un artículo que publicó Jeff Masters, cofundador de Weather Underground y sirvió como su meteorólogo jefe y en su Consejo de Administración, publicado originalmente en Yale Climate Connections, y ahora en el sitio nakedcapitalism.com, aborda las crecientes probabilidades de que se produzcan acontecimientos de grandes consecuencias inducidos por el cambio climático, algo que alarma y debe resultar aleccionador para los que tienen en sus manos las decisiones que eviten una debacle mundial. Cita el informe ejemplos que llaman a la reflexión. Inundación en la capital de Indonesia, Yakarta, el 17 de enero de 2013. El aumento del nivel del mar es una amenaza tan importante para la ciudad que se está construyendo una nueva capital para Indonesia en la vecina isla de Borneo.
Desde 1900, la civilización humana ha sufrido cuatro veces catástrofes globales con impactos extremos: La Primera Guerra Mundial (40 millones de muertos), la pandemia de gripe de 1918-19 (40-50 millones de muertos), la Segunda Guerra Mundial (40-50 millones de muertos) y la pandemia de COVID-19 (un impacto económico de billones y un número de muertos de 14,9 millones en 2020-21, según la Organización Mundial de la Salud).
Estos son los únicos acontecimientos desde principios del siglo XX que se ajustan a la definición de riesgo catastrófico global (RCG) de las Naciones Unidas: una catástrofe de impacto global que mata a más de 10 millones de personas o causa más de 10 billones de dólares (2022) en daños, apreció el analista.
Pero la actividad humana está "creando un riesgo mayor y más peligroso" y aumentando las probabilidades de que se produzcan eventos de riesgo catastrófico global, al empujar cada vez más a los seres humanos más allá de los límites ambientales dentro de los cuales la humanidad puede operar con seguridad, advierte un reciente informe de las Naciones Unidas, "Informe de Evaluación Global sobre la Reducción del Riesgo de Desastres - Nuestro Mundo en Riesgo: Transformando la Gobernanza para un Futuro Resistente" (GAR2022).
En su aproximación al problema el experto señaló que los informes, respaldados por el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, defienden que los efectos combinados de las catástrofes, las vulnerabilidades económicas y la sobrecarga de los ecosistemas están creando "una peligrosa tendencia del mundo a tender hacia el escenario del Colapso Global".
Esto es algo real, el colapso está en proceso de producirse, su probabilidad de hacerlo en el futuro es extrema... y el colapso total de la sociedad es una posibilidad, sostienen los expertos.
Las posibilidades son aterradoras. Una tormenta geomagnética intensa. Una repetición de la enorme tormenta geomagnética del Evento Carrington de 1859, que podría colapsar la red eléctrica de 130 millones de personas en Estados Unidos durante varios años, bien podría ser un evento de riesgo catastrófico global.
Cita Masters, cinco tipos de eventos de la RGC con una probabilidad creciente en un clima más cálido, entre ellos la Sequía que resultaría “en una conmoción del sistema alimentario causada por sequías e inundaciones extremas que afecten simultáneamente a varias de las principales "cestas de pan" productoras de cereales del mundo.
Un acontecimiento de este tipo podría provocar un aumento significativo de los precios de los alimentos y dar lugar a hambrunas masivas, guerras y una grave recesión económica mundial. Esta perspectiva existe en 2022-23, exacerbada por la guerra y la pandemia de COVID-19.
Las probabilidades de que se produzca una crisis alimentaria de este tipo aumentarán constantemente a medida que el clima se caliente. La guerra, el aumento del nivel del mar, combinado con el hundimiento de la tierra. Durante las próximas décadas, será muy difícil evitar un evento global de riesgo catastrófico por el aumento del nivel del mar, cuando se combine con el hundimiento de la costa por el bombeo de aguas subterráneas, la pérdida de sedimentación de los ríos por las estructuras de control de inundaciones y otros efectos causados por el hombre. Un informe de 2019 de la Comisión Global de Adaptación estimó que el aumento del nivel del mar provocará daños por más de 1 billón de dólares al año para 2050.
Pandemias. A medida que el clima de la Tierra se calienta, los animales salvajes se verán obligados a reubicar sus hábitats y entrarán cada vez más en regiones con grandes poblaciones humanas. Este hecho aumentará drásticamente el riesgo de un salto de virus de los animales a los humanos que podría provocar una pandemia.
También hay estimados que indica que un enfriamiento catastrófico afectara al norte de Europa, que el borde del hielo marino ártico llegue al norte de Francia y que las temperaturas en EE.UU. desciendan 1-2 grados Celsius (1,8-3,6°F).
Además se habla de los cambios en las corrientes oceánicas en una precisión que señala que el aumento de las precipitaciones y del agua de deshielo de los glaciares debido al calentamiento global podría inundar el Atlántico Norte con suficiente agua dulce como para ralentizar o incluso detener la Circulación Meridional de Vuelco del Atlántico (AMOC), el sistema de corrientes oceánicas que transporta el agua cálida y salada de los trópicos al Atlántico Norte y envía el agua fría hacia el sur a lo largo del fondo oceánico.
Si la AMOC se detuviera, precisan científicos, la Corriente del Golfo dejaría de bombear agua cálida y tropical hacia el Atlántico Norte. Las temperaturas medias se enfriarían en Europa tres grados centígrados o más en pocos años, lo que no sería suficiente para desencadenar una verdadera edad de hielo, pero sí para provocar nevadas en junio y heladas mortales en julio y agosto, como ocurrió en el famoso "año sin verano" de 1816, causado por la erupción del monte Tambora, que causaría un aumento de la sequía en gran parte del hemisferio norte, lo que supondría una gran carga para el suministro mundial de alimentos y agua.
Las advertencias son alarmantes y por ejemplo, el autor del análisis pregunta que se puede pensar en los nueve límites planetarios como en tarjetas de crédito, seis de esas nueve tarjetas de crédito cargadas hasta el tope para desarrollar la civilización tal y como existe ahora. Pero la Madre Naturaleza, subrayó, es un prestamista implacable, y hay muy poco crédito disponible para ayudar a evitar una cascada de eventos de riesgo catastróficos globales interconectados que podrían enviar a la sociedad humana al colapso total, si la sociedad continúa imprudentemente con su enfoque habitual. En ese sentido habría que preguntarse. Qué tanto de esto se ventilará en Sharm El-Sheikh (Egipto), y hasta dónde el ser humano será capaz de frenar su autodestrucción.