La influencia estadounidense en el mundo se tambalea ¿Qué es lo que queda del mundo unipolar?
En el artículo, el autor desarrolla la respuesta a sus interrogantes sobre la eventual posición de Estados Unidos ante una inminente victoria de Rusia en el conflicto ucraniano.
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La influencia estadounidense en el mundo se tambalea ¿Qué es lo que queda del mundo unipolar?
¿Cuál será la posición de Estados Unidos después del revés sufrido en Ucrania, y después de que la guerra termine a favor de Rusia? Por supuesto, solo esto es suficiente para sacudir los cimientos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
¿Puede algún observador serio en el mundo imaginarse que el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, habría dado órdenes a sus unidades de bombardear la planta nuclear de Zaporizhzhya, sin la previa aprobación de parte de la OTAN? Por supuesto, nadie se puede imaginar eso.
En efecto, el hecho de que la OTAN, por supuesto bajo el mando hegemónico de Washington, asuma este riesgo, uno de los riesgos más altos y peligrosos de la historia, dado el devastador potencial que tiene la estación nuclear para Europa y para el mundo, significa que la OTAN comenzó a perder la cabeza y los nervios, buscando la manera de obstaculizar o retrasar la operación especial de los rusos en Ucrania y en el Donbass en particular, incluso a expensas de la seguridad de sus propios países?
Por otro lado, ¿puede un observador serio negar también, aunque sea de forma muy mínima, el fracaso de la estrategia de presión económica y de sanciones occidentales contra Rusia? En otras palabras, ¿puede negar que Moscú posea hoy el único salvavidas para los países europeos, que los podría salvar o no (depende de la decisión del presidente Putin) de una catastrófica helada invernal, en caso de que se detenga el suministro de gas al viejo continente? Y eso es después de que occidente sorteara sin éxito todos los medios para lograr obtener a la prontitud posible un reemplazo a este recurso antes de que llegue el invierno.
De hecho, y para ser objetivos, los rusos se han demorado un poco en decidir los resultados de su propia operación y, además, sus pérdidas en Ucrania han sido considerables, y esto se debe a que las unidades de Kiev han obtenido equipos y armas letales efectivas de parte de occidente, además de importantes datos e información de inteligencia; pero los rusos, se han acostumbrado históricamente a asumir grandes pérdidas y sacrificios en enfrentamientos cuando estos son existenciales (y la batalla por Ucrania es existencial para ellos); en la práctica, los rusos hoy están asentando sus pies, tanto sobre el territorio como entre la población (y parece que por largo tiempo) en la mayor parte del este y del sur de Ucrania, donde se encuentran las regiones más ricas en recursos naturales y las tierras agrícolas más fértiles, siendo estas las zonas más estratégicas de toda Ucrania.
Sí, todas estas interrogantes y hechos son verdaderos y no imaginarios; los estadounidenses hoy, antes de lanzar el grito final de rendición en Ucrania, permitieron que los ucranianos lanzaran su última piedra, es decir, atacar la planta de Zaporizhzhya, la central nuclear más grande de Europa, por si acaso con esto amedrentan a los rusos o les insuflen miedo.
Por supuesto, el asunto para Washington es muy delicado, ya que la pérdida de Ucrania o la pérdida de un régimen aliado en Ucrania no es fácil (se dice que Zelensky comenzó a hacer las maletas y a lo mejor ha logrado obtener un contrato con uno de los productores de películas de ficción en Hollywood, junto con el primer ministro británico Johnson).
Pero lo más importante es cuál sería la posición de Estados Unidos después de esta pérdida, después de que se detenga la guerra en Ucrania y sus adyacencias, por supuesto, a favor de Rusia, solo esto sería suficiente para sacudir los cimientos del Tratado del Atlántico Norte. (OTAN), que durante mucho tiempo ha sido la principal herramienta para establecer la influencia estadounidense en Europa y también en el mundo, especialmente con esa enorme cantidad de apoyo directo e indirecto que obtuvo Ucrania para enfrentarse a los rusos.
Esto es en Europa del Este, donde los estadounidenses se esfuerzan en vano por evitar probar ese trago amargo, pero ¿qué pasa con la situación en el este de Asia y el noreste del Pacífico, específicamente en Taiwán y en el Mar de China Meridional?
No parece que la situación de los estadounidenses en esa región sea mejor que en Ucrania y Europa del Este, ya que China hizo sonar el silbato para el inicio del viaje para recuperar a Taiwán (al parecer no será un viaje muy largo) y esto comenzando con sus recientes maniobras que no han tenido precedentes en términos de preparación total y amplio despliegue, con la participación del armamento y potencial aéreo y naval más avanzado de China cerca de la isla y de su estrecho.
En un momento en que la Armada china estaba lanzando misiles mar-mar y tierra-mar en las inmediaciones y en el espacio aéreo del Estrecho de Taiwán, cerrándolo prácticamente por completo al tránsito marítimo internacional, la Armada de los Estado Unidos estaba retirando su único portaaviones en esa región vital (el USS Ronald Reagan) colocándolo a cientos de kilómetros al sur, lejos la zona de las maniobras de china.
De hecho, ante esta frágil y débil posición estadounidense, y en una región, que en los últimos cuatro informes anuales de la Estrategia de Seguridad Nacional estadounidense, ha sido considerada una prioridad en cuanto a la atención, el enfoque y el financiamiento en el presupuesto anual de la defensa, es natural y lógico concluir que la influencia estadounidense en esa región pronto desaparecerá, y también concluir, y sin lugar a dudas, que si agregamos a ello la tambaleante posición estadounidense en Ucrania, podríamos afirmar que el sistema unipolar, bajo el dominio estadounidense, comienza hoy a desmoronarse, y que va camino a desvanecerse.
Para que podamos confirmar esto cada vez más, basta con que sepa que uno de los príncipes, en representación del rey saudí Salman Ben Abdulaziz, fue quien recibió al presidente estadounidense, Joe Biden, en su reciente visita a Arabia Saudita, mientras que hoy se prepara una recepción oficial por todo lo alto para recibir el presidente chino en su próxima visita al reino, y esto será en presencia del rey Salman personalmente con toda la comitiva real; esta será una celebración especial y sería comparable solo con la recepción al expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, en su famosa visita a Arabia Saudita.