Panorama de las oposiciones venezolanas de cara a 2023
Ante la crisis de sentido que padecen las oposiciones venezolanas han recurrido a la guerra interna, a reforzar los protagonismos individuales y a realizar giros improvisados que han minado la confianza entre quienes les siguen y entre quienes les adversan.
En medio del evidente resquebrajamiento del antichavismo, los partidos que lo conforman enfrentan el reto de sobrevivir y reponerse de cara a las elecciones presidenciales de 2024. Entre descalificaciones, egos, falta de confianza y humillación autoinflingida, prosigue un reacomodo del bloque en el cual la distancia entre sus facciones y la Casa Blanca serán determinantes. No así el arraigo entre las mayorías del electorado, que siempre ha estado en un lugar subalterno para sus dirigentes.
Un breve perfil de las franjas políticas que conforman a la oposición y de sus interfases permite establecer relaciones entre las fuerzas que configuran su quehacer actual y las proyecciones de su incidencia política.
G4 menos uno (G4-1)
La Plataforma Unitaria Democrática (PUD) es el grupo de partidos en torno al G4, es decir, los mayormente apoyados por Estados Unidos y algunos países de la Unión Europea, a saber: Primero Justicia (PJ), Un Nuevo Tiempo (UNT), una fracción de Voluntad Popular (VP) que sigue a Leopoldo López y otra de Acción Democrática (AD) encabezada por el exdiputado Henry Ramos Allup.
En la actualidad, la PUD experimenta un punto de inflexión a partir del anuncio realizado por Alfonso Marquina el pasado 21 de diciembre. El también exdiputado y coordinador general de PJ, anunció que su partido, junto con UNT, AD y Movimiento por Venezuela (MPV), habían decidido poner fin a la "presidencia interina" de Juan Guaidó (pero no al gobierno interino) y la decisión fue aprobada por la mayoría de la Asamblea Nacional (AN) ilegítima elegida en 2015.
La moción, que fue rechazada por VP, preservó algunas de las comisiones ad hoc creadas "para administrar los bienes de la República" en el exterior bajo el argumento de que se mantienen "por razones prácticas". Esto se traduce en mantener el control sobre los fondos de la República que han sido incautados por gobiernos que apoyaron al interinato, pero lejos de las manos de Guaidó.
Esto supuso un sacudón de alto impacto en la PUD. Al desaparecer el liderazgo del exdiputado y restar protagonismo a VP, pareciera buscarse un reseteo del juego de cara a las elecciones presidenciales de 2024. Ello garantizaría el enfrentamiento al candidato del chavismo como un frente unido, y no como un archipiélago de partidos e individualidades, que es lo que hay.
Los cuatro partidos están envueltos en el aprovechamiento del financiamiento proveniente de Washington, vía USAID, a proyectos de "fortalecimiento de la democracia" y "ayuda humanitaria" para desarrollar tácticas como:
.- El despliegue mediático contra el gobierno nacional para engrosar el relato de un Estado fallido.
.- La proliferación de ONG que captan y forman activistas de derecha o progresistas antichavistas.
.- Algunas operaciones militares golpistas como Gedeón o el Cucutazo.
En lo político, han hecho poco para establecer alguna identidad propia más allá de la virulencia discursiva y práctica con la que han buscado derrocar al chavismo del gobierno.
Con los vidrios del interinato sin recoger, fueron a reunirse el pasado 13 de enero con el operador que Washington mantiene como supuesto embajador en Venezuela (pero despacha desde Bogotá), James Story, y con el Subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos, Brian A. Nichols. El resultado fue la ratificación del apoyo a "las negociaciones" (mesa de diálogo en México) por parte de la administración Biden.
Aun cuando Estados Unidos manifestó que respetaría cualquier decisión que tomara la AN ilegal con respecto a la tutela de Guaidó, el saldo, sea positivo o negativo, le salpica a lo interno. Tanto republicanos como demócratas aprobaron la llamada Ley Bolívar en el Senado, por lo que comparten la necesidad de levantar cabeza luego de haber fracasado en todos los intentos de desvincular al presidente Maduro del poder político.
La nueva rebelión de María Corina Machado
Por su parte, María Corina Machado pretende cimentar su popularidad por encima de los escombros del estamento antichavista, desmarcándose de una trayectoria que ha validado de manera frontal. Aunque acompañó iniciativas fracasadas como el golpe del 11 de abril de 2022 y la intentona del 30 de abril de 2019 (Operación Libertad), su clave discursiva se basa en buscar demostrar que el G4 es tal cual lo que ella siempre advirtió que eran. Quiere disfrazarse de outsider cuando claramente no cumple con los requisitos para serlo.
En abril pasado indicó:
"Me quiero medir, lo he dicho, me mido con quien sea", dijo. "O sea, sin CNE, sin TSJ, sin Plan República, sin máquinas, porque obviamente son una caja negra…".
Su movimiento, Vente Venezuela (VV, que no es un partido formal), anunció luego de tres meses su cambio de opinión y manifestó que se candidatearía a unas elecciones presidenciales agregando que, para derrotar al chavismo, "primero hay que derrotar a la falsa y cómplice oposición".
Ella misma inició hace tiempo una campaña en la que se muestra como una outsider de las cúpulas del G4, en vistas de acumular capital político ante la debacle política y electoral de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) y sus mutaciones posteriores.
Analistas del antichavismo reseñan el carácter bipolar de la identidad casi libertariana que muestra, mezclada con rasgos conservadores. Cuando creó VV en el año 2012, dijo: "Nosotros somos un partido centro liberal", y así lo confirmó en 2018. Otros voceros destacan al movimiento como la "única organización política de derecha libertaria (sic) en el país". Sin embargo, sus alianzas en el ámbito internacional se han alineado con las extremas derechas de Chile, España e Italia.
La expresidenta de la Asociación Civil Súmate, financiada por agencias estadounidenses, participó en 2021 en la cumbre del EuroLat, organizada por el bloque del Parlamento Europeo de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), que agrupa actualmente a 61 miembros de ideología conservadora, euroescéptica y antifederalista. El evento se organizó para luchar contra "la amenaza del comunismo y para enfrentar al Foro de Sao Paulo" y participantes como Giorgia Meloni (Italia), José Antonio Kast (Chile) y Santiago Abascal (España) sostienen posturas extremistas de derecha.
Algunos analistas políticos comparan a María Corina con Meloni; de hecho, Omar González, miembro de la dirección nacional de VV, resaltó a PanAm Post que "desde el punto de vista político, de Meloni podríamos decir que es conservadora en el más estricto sentido de la palabra, mientras que María Corina Machado se define como liberal", agregando que "son dos mujeres que se desempeñan en el ámbito político y ambas luchan contra el socialismo en sus diversas modalidades".
Debido a que estos movimientos han resurgido en Europa, existe la posibilidad de que los circuitos financieros que los nutren financien la "ola de popularidad" de la que algunos medios hablan respecto a Machado. Según WikiLeaks, el financiamiento al partido Vox, de Abascal, ha sido atribuido a políticos del Partido Popular (PP) español y altos ejecutivos de grandes empresas transnacionales como Nestlé, inmobiliarias y otras como El Corte Inglés.
Meloni, quien cofundó (2012) y dirige (2014–) el partido de raíces neofascistas Los Hermanos de Italia (Fratelli d'Italia), es la primera mujer en ocupar el cargo de primera ministra de Italia desde 2022. Ha utilizado el lema "Dios, patria y familia", empleado previamente por Benito Mussolini, y ha elogiado a Giorgio Almirante, fundador del Movimiento Social Italiano (MSI) en 1946 junto a seguidores del exdictador italiano.
La vereda de alianza democrática
En septiembre de 2020, cinco organizaciones políticas lideradas por los partidos AD (la facción que sigue a Bernabé Gutiérrez), Copei, MAS, Avanzada Progresista, Cambiemos y Primero Venezuela, formalizaron la creación de una nueva plataforma antichavista llamada "Alianza Democrática" que se manifestó comprometida con el diálogo y la vía electoral como salida pacífica al conflicto político venezolano.
Durante aquella oportunidad presentaron una ruta electoral democrática tras declarar que "los atajos de los violentos fracasaron", de allí que participaron en los distintos procesos electorales legislativos, regionales y municipales.
Luego de que se designara una "Comisión de Primaria" y se anunciara el reglamento de dichos comicios, varios voceros de la Alianza consideraron que el proceso era excluyente y que el problema sobre su participación en aquel radica en que marcha "siguiendo los intereses del G4".
Un requisito que exige el artículo 8 del reglamento elaborado por dicha comisión para los aspirantes a candidato es "haber demostrado un compromiso inequívoco con la lucha por la libertad, el rescate de la democracia, el respeto de los derechos humanos, la libertad de los presos políticos y el regreso de los exiliados". A lo que el diputado Miguel Ponente, secretario general nacional de Primero Venezuela, expresó que:
"Lamentablemente, ahí queda a discreción de un sector político el decir quién es opositor y quién no (…) nosotros pudiéramos decir que la falta de compromiso está presente en aquellos que tomaron las esperanzas de los venezolanos para constituir un gobierno interino que lo que hizo fue buscar enriquecer a sus miembros".
En diciembre de 2022, este sector pidió una reunión con el presidente Maduro en la que manifestaron su deseo de que se impulse un "nuevo proceso de diálogo en el territorio nacional". Al salir del encuentro denunciaron que los sectores que se reúnen en México están negociando una "agenda oculta con Maduro".
Este bloque opositor no está representado en la Mesa de Diálogo y Negociaciones. Dicha alianza se mantiene en la AN y otros espacios del Poder Público ejerciendo sus actividades políticas como sector antichavista. Han manifestado que el diálogo da pie para continuar con esfuerzos en favor de la negociación y el entendimiento para resolver los problemas del país.
Los que orbitan
Otros sectores e individualidades, que buscan usar el comodín del outsider, dan señales de mantener distancia prudente del G4-1 y la Alianza Democrática. Tal es el caso de Fuerza Vecinal (FV) que, aunque apoya públicamente a la PUD, también ha aprovechado para dejar en claro que solo responden a su propio proyecto.
El partido fue creado como tarjeta para unir a los opositores de cara a las elecciones regionales de 2021 en caso de que el G4 y demás organizaciones políticos que lo apoyaban decidieran no participar en dichos comicios. En consecuenci,a postuló a candidatos a alcaldes, consejos legislativos y gobernadores, y luego de que el G4 anunciara su participación, FV y aquellos iniciaron una lucha por las candidaturas antichavistas que hizo tambalear la esperanza de tener candidatos unitarios en todos los estados.
Además del ejercicio de los cargos para los que fueron electos, en días recientes sus voceros han enfocado su trabajo político en temas como las necesidades salariales en el sector público. En diciembre pasado, tras un encuentro con el presidente Nicolás Maduro, solicitaron "permitir el voto a los migrantes" en las elecciones presidenciales, previstas para 2024.
También el comediante y empresario Benjamín Rausseo (Er Conde del Guácharo) ha insinuado el deseo de posicionarse como una propuesta seria, como un outsider desvinculado de la tormentosa trayectoria de los partidos mayoritarios. Aun cuando ya haya sido candidato presidencial en 2006, contra la reelección del presidente Hugo Chávez.
Recientemente, medios antichavistas han reseñado un estudio de la encuestadora Datanálisis que le atribuyó 36,8 por ciento aprobación. Queda la duda respecto a su voluntad a favor de medirse en primarias y construir alianzas para impulsar una maquinaria de alcance nivel nacional.
Otro que ha emergido como un posible outsider, menos conocido que los ya mencionados, es Andrés Caleca, quien fuera presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE) de 1997 a 1999, y antes congresista de la República. Infobae ha intentado elevar su perfil con una entrevista, en la que lo describen así: "(...) ha llamado la atención de varios sectores del país cuando ha sido casi una voz solitaria en la oposición instando a prepararse para las elecciones, haciendo giras por todo el país, reuniéndose con dirigentes de base, emitiendo opinión sobre temas políticos".
Él mismo refiere en la entrevista que esa oposición electoral "hay que convertirla en una mayoría política capaz de derrotarlo, y no lo estamos haciendo. Los partidos ensimismados en sus problemas internos, que todos sumados no alcanzan un apoyo del 20 por ciento, entonces hay un empate catastrófico allí, con un 60 por ciento del país que no se interesa en el tema político, porque no ve salida".
Varias han sido las causas de dicha fractura expuesta, desde la pérdida de popularidad incubada en las "sanciones" que han afectado la vida cotidiana de la ciudadanía. Sus efectos negativos han volcado a su electorado en contra, aun cuando sus medios y vocerías buscan culpar al gobierno.
Aun más graves son los distintos escándalos de corrupción que surgieron desde el gobierno fake de Guaidó, reconocidos y evidenciados por la misma prensa que promovió esa figura de factoría estadounidense. Entre el reparto de cuotas de poder y la falta de transparencia en el manejo de activos venezolanos, como la empresa Monómeros, y la entrega de otros activos como CITGO, su imagen se desdibuja.
Ante la crisis de sentido que padecen las oposiciones venezolanas han recurrido a la guerra interna, a reforzar los protagonismos individuales y a realizar giros improvisados que han minado la confianza entre quienes les siguen y entre quienes les adversan.