Reconciliación sirio-turca: Una semana decisiva y la guerra psicológica continúa
El éxito de esta reconciliación dependerá de las presiones que enfrentará el presidente Erdoğan por parte de los líderes de la región y el presidente de Rusia, Vladimir Putin.
Desde el 27 de junio pasado, las declaraciones intercambiadas entre Damasco y Ankara no lograron alcanzar ninguno de los objetivos de ambas partes, tanto los anunciados como los no anunciados.
Luego del optimismo que prevaleció en ambas partes tras las declaraciones del presidente Recep Tayyip Erdogan, quien invitó a su homólogo Bashar al-Assad a visitar Turquía o a reunirse en otro lugar, el pesimismo regresó cuando Al-Assad aclaró las condiciones exigidas por Siria para tal encuentro.
Por su parte, los funcionarios turcos respondieron a esto con declaraciones negativas o mediante sus encuentros recurrentes con líderes de la oposición siria, tanto armada como política, quienes rechazan cualquier reconciliación con el gobierno.
Esto se refleja en las palabras del ministro de Defensa turco, Yaşar Güler, al rechazar las condiciones de Al-Assad cuando dijo el 11 de agosto pasado: "Turquía considerará retirarse de Siria después de la adopción de la nueva constitución, la celebración de elecciones y la garantía de seguridad en las fronteras entre los dos países. Solo entonces discutirá nuevos encuentros a nivel ministerial sobre la normalización".
Sin embargo, en una entrevista reciente con un periódico turco, el ministro Güler adoptó una postura más positiva respecto a la reconciliación, la cual se espera tome un giro nuevo y significativo tras las declaraciones del presidente Al-Assad sobre el tema.
Durante su discurso en el Parlamento, Al-Assad aludió al tema de la reconciliación con Ankara y afirmó: "Lo que algunos funcionarios de Ankara dicen de que Siria rechazó encontrarse con los turcos si no hay retirada, no es correcto”.
“Lo importante es que tengamos objetivos claros y sepamos cómo avanzar hacia ellos. Siempre hemos tratado de manera positiva las iniciativas propuestas sobre las relaciones con Turquía, sin concesiones, pero no han alcanzado sus metas", agregó el mandatario sirio.
El ministro de Defensa turco describió las declaraciones del presidente Assad como positivas y comentó: "El presidente Erdogan dijo que estaba dispuesto a encontrarse con Al-Assad".
“Estamos contentos con las recientes declaraciones del presidente Al-Assad, ya que parece que ha entendido lo que dijo el presidente Erdogan. Debemos poner un fin definitivo y rápido a la tensión en las relaciones para que las cosas vuelvan a la normalidad, lo cual es beneficioso para ambos países", agregó.
Las declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, el mismo día, confirmaron algunos de los indicios de los altibajos en las relaciones entre Ankara y Damasco, así como entre los presidentes Al-Assad y Erdogn.
El último evitó mencionar el tema de la reconciliación con Al-Assad en su discurso con motivo del "Día de la Victoria" el 30 de agosto, después de que pidiera a su titular de Defensa que comentara las declaraciones de Al-Assad.
Esto pareció dar un gran alivio a los funcionarios rusos, y Lavrov comentó: "El gobierno sirio considera que la continuación del proceso de normalización con Ankara requiere un acuerdo sobre las medidas para la retirada de las tropas turcas del territorio nacional. Creo que los turcos están dispuestos a ello, pero aún no se han acordado criterios específicos y claros sobre el proceso de retirada, que requiere más aclaraciones".
Lavrov expresó su esperanza, e incluso su expectativa, de que se produzca una reunión muy pronto en el camino hacia la reconciliación entre ambos países, y dijo que esto también cuenta con el apoyo del vecino Irán.
Estos rápidos desarrollos parecen haber estado entre los temas principales que el presidente Erdogan discutió durante su llamada telefónica con el príncipe heredero saudita Mohammad bin Salman.
Parece que Erdogan transfirió los detalles de esta llamada al presidente de Egipto, Abdel Fattah El-Sisi durante su conversación telefónica con él. Está previsto que El-Sisi llegue a Ankara el próximo jueves en su primera visita a la capital turca tras las tensiones en los nexos entre ambos países después de 2013.
Las fuentes diplomáticas indicaron la posibilidad de contactos entre Erdogan y varios líderes de la región antes de que termine la semana, y también son esperadas las visitas sorpresivas hacia y desde Ankara, así como entre las capitales de la región.
El primer ministro de Qatar, Mohammad bin Abdulrahman Al Thani, llegará a Teherán el lunes, y la visita más destacada será del presidente de Irán, Massoud Pezhkishan, al vecino Irak.
Irak sigue siendo el país candidato para albergar cualquier cumbre de reconciliación entre Al-Assad y Erdoğan, con la presencia de algunos de los líderes de la región, incluido El-Sisi, Mohammed bin Salman, Tamim bin Hamad y el rey de Jordania Abdullah II.
Es posible que antes de esto organicen encuentros entre los jefes de los servicios de inteligencia y los ministros de defensa y exteriores para acordar los detalles generales sobre la próxima fase de reconciliación.
A su vez, este tema adquirirá mayor claridad después de la cumbre Erdogan-El-Sisi en Ankara, de la cual pueden salir decisiones prácticas y sorprendentes para todos, incluido el anuncio de un cronograma para el proceso de retirada turca de las áreas sirias, aproximadamente el 10 por ciento del territorio levantino y albergan a unos 40 mil combatientes de facciones bajo el ala del llamado "Ejército Nacional Sirio".
Al final, el éxito de esta reconciliación dependerá de las presiones que enfrentará el presidente Erdoğan por parte de los líderes de la región y el presidente Putin. Es evidente que todos se están preparando para una nueva fase en la región debido a los desarrollos en Gaza y Ucrania.
Esto requiere cerrar el expediente sirio de manera definitiva para enfrentar los desarrollos de la próxima etapa, ya sea antes o después del alto el fuego en Gaza, y ahora en Cisjordania, cuyas circunstancias definirán el enfoque israelí bajo la presión de las capitales árabes, ya sea mediante acuerdos o desacuerdos.
Un acuerdo significaría reconocer a Siria en su rol tradicional en la región y en el conflicto árabe-israelí, que ha adquirido una nueva dimensión después de la denominada "Primavera Árabe".
Si no hubiera sido por la devastación de Siria, los regímenes de normalización no se habrían atrevido a reconciliarse con el Estado israelí, y posteriormente, a cometer crímenes de genocidio en Gaza.
Con su resistencia heroica junto al Hizbullah y los Ansar Allah en Yemen, Siria demostró que su enfoque y el de sus aliados es el correcto. De lo contrario, estaríamos hablando ahora de otras catástrofes en la región.
Sin la necesidad de considerar la importancia de la reconciliación con Damasco, que siempre demostró ser la clave de la región, esto sin duda impulsará a algunos a exigir más concesiones, interpretadas por unos como debilidad, retroceso o derrota.