A principios de 2025, Ucrania intenta prolongar una guerra indirecta cruel y destructiva
Los casi tres años de guerra han demostrado a todos los interesados que las autoridades ucranianas pueden ocultar cuidadosamente sus pérdidas y fracasos militares, pero son incapaces de ocultar de antemano una operación militar planeada.
Muchos ucranianos esperan que el nuevo año 2025 traiga consigo el inicio de las negociaciones de paz y el fin de la guerra de Kiev y la OTAN contra Rusia. Las esperanzas se han visto alimentadas por los pronunciamientos populistas preelectorales del nuevo presidente de Estados Unidos.
Hace meses, Donald Trump hizo declaraciones en las que prometía "poner fin a la guerra en un día" al asumir el cargo, pero sigue siendo pura especulación si actuará en consecuencia y cómo. Mientras tanto, en el aquí y ahora, la administración saliente del presidente Joseph Biden está inundando Ucrania de dinero y armas para que el régimen no electo de Kiev encabezado por Volodymyr Zelensky pueda continuar una guerra que obviamente está perdiendo.
Trágicamente, las vidas de muchos soldados ucranianos continúan muriendo en una causa perdida e inmoral.
Cómo prolongar una guerra sin sentido
El único motivo de la existencia de Ucrania, después del inicio de la operación militar especial (SMO) de Rusia en febrero de 2022, es su guerra contra Moscú, afirma el coronel de reserva y comandante del batallón ruso BARS-13, exoficial militar ucraniano y hoy primer ministro de Seguridad del Estado de la República Popular de Donetsk (integrante de la Federación Rusa), Andrei Pinchuk en una entrevista para el medio de comunicación Ukraine.ru el 4 de enero
Pinchuk afirma que en Ucrania ya no hay una "economía", sino sólo una guerra. "Las negociaciones son posibles, sin duda, pero creo que son imposibles en el momento actual. Tras el inicio de la Operación, la única razón de ser del Estado pasó a ser la guerra contra Rusia. En cuanto las ruedas de esa "bicicleta" dejen de girar, todo se desmoronará. Los soldados abandonarán el frente y se dirigirán a Kiev para derribar el gobierno, y los patrocinadores occidentales dejarán de dar dinero, que supone la mitad de los ingresos del presupuesto del gobierno de Zelenski".
Para convencer a Occidente de que es demasiado pronto para descartar el régimen de Kiev, el 5 de diciembre último las Fuerzas Armadas de Ucrania lanzaron un nuevo intento de contraofensiva en la región rusa de Kursk, que se tradujo en una destrucción masiva de material militar recién entregado por los Estados Unidos. El bloguero de la oposición ucraniana Anatoliy Shariy escribe que este intento de ofensiva bien podría entrar en el Libro Guinness de los Récords como la mayor destrucción de tecnología militar occidental en un solo evento.
El corresponsal militar ruso, Alexander Sladkov, decclaró en Telegram que se espera una nueva ofensiva ucranianas en Kursk. "Nuestros servicios de inteligencia sabían cuándo, desde dónde y con qué fuerzas el enemigo marcharía hacia Kursk. ¿Nos estábamos preparando? Por supuesto... ¿Por qué les permitimos despejar las rutas de acceso el día anterior? Porque queríamos que llegaran allí y se quedaran atascados. Después continuaríamos destruyendo el equipamiento enemigo y matando a un gran número de soldados", dijo Sladkov.
Como en anteriores intentos, Kiev anunció con mucha antelación en los medios de comunicación nacionales e internacionales sus intenciones de atacar Kursk. El ejército ruso los esperaba en el lugar indicado y, como resultado, columnas enteras de tanques y vehículos blindados occidentales fueron destruidas por la aviación rusa, como si se tratara de un campo de tiro.
Los casi tres años de guerra han demostrado a todos los interesados que las autoridades ucranianas pueden ocultar cuidadosamente sus pérdidas y fracasos militares, pero no son capaces de ocultar de antemano una operación militar planeada. No pueden dejar de fanfarronear en la creencia de que eso complacerá a sus patrocinadores occidentales. En la Oficina del Presidente no hay nadie que esté realmente interesado en los pronunciamientos militares que se hagan; lo único que les importa es la fecha de la investidura de Donald Trump y si esto traerá consigo la continuación de la guerra.
Según el canal ucraniano de Telegram Rubicon, la oficina de Zelenski utilizará dos medios principales para continuar con su cabildeo bélico en los círculos políticos estadounidenses y escalar la confrontación armada tanto como sea posible. En cuanto al cabildeo (pagado por los contribuyentes estadounidenses con fondos de ayuda del gobierno), el cambio de administración puede poner en peligro toda la red de cabildeo que Zelenski ha estado construyendo desde 2021, año en el que Kiev intensificó aún más su guerra en el Donbas, la parte clave de sus amenazas más amplias contra la Federación Rusa en su conjunto.
"Existe una clara sensación de que, con unas circunstancias políticas totalmente nuevas en Washington, Ucrania está entrando en lo desconocido precisamente en el momento en que la situación en el frente es más difícil", escribe Rubicon.
"Ahora todas las reglas son diferentes y será difícil aprenderlas de nuevo", escribe el periódico británico The Guardian el 5 de enero, citando a un funcionario del régimen de Zelensky.
Previsiones de la AFU para 2025
Las principales preocupaciones de los expertos políticos y militares ucranianos a principios de 2025 son las relacionadas con el futuro curso de las hostilidades. Todos los escenarios que se plantean para el país van desde malos hasta catastróficos. Y como en 2022, 2023 y 2024, son los medios británicos los que se apresuran a asegurar a los ucranianos que Rusia pronto se derrumbará por sí sola; los ucranianos solo necesitarán luchar contra Moscú durante un corto período de tiempo.
Los analistas de Rubicon prevén tres posibles escenarios militares para 2025. El moderado supone que Rusia capturará el sur y el centro del Donbas, incluida la ciudad de Pokrovsk, pero no las tierras del norte de la región del Donbas. Las tropas rusas se acercarán a la ciudad de Zaporozhye y ocuparán las partes orientales de las provincias de Járkov y Dnepropetrovsk, al tiempo que expulsarán al ejército ucraniano de la región de Kursk.
El escenario más amplio supone que la Federación Rusa tomará toda la región del Donbas (es decir, todo lo que está al este del río Dnieper) y las regiones de Kharkiv y Dnipropetrovsk (históricamente pobladas en gran número por rusos étnicos), y entrará en la provincia de Sumy en el noreste de Ucrania, extendiendo considerablemente más las líneas del frente del ejército ucraniano, de modo que el movimiento de reservas militares, cuando sea necesario, será cada vez más difícil, si no imposible.
En tercer lugar, está el llamado "escenario sirio", que, según los analistas ucranianos, sigue siendo poco probable, pero no se puede descartar. Se trata de un colapso rápido del ejército ucraniano, similar a lo que ocurrió en Siria en diciembre de 2024.
A principios de año , el excomandante de la 53ª brigada de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Anatoliy Kozel, declaró que la situación en el frente es crítica. Según él, en el peor de los casos, Ucrania perderá 100 kilómetros cuadrados al día en las próximas semanas, frente a los 20 kilómetros cuadrados diarios de media que perdiera en los últimos meses de 2024.
Según Kozel, el ejército ruso tendrá suficientes recursos para tomar Járkov, Dnipro, Zaporozhye y Jersón, la segunda, cuarta, sexta y decimotercera ciudades más grandes de Ucrania. "Al comienzo de este conflicto en 2022 teníamos cinco millones de soldados motivados, pero en 2022-2023 se agotaron en gran medida. Hoy son una horda desmoralizada, que se rinde, huye o deserta", afirma el oficial ucraniano.
El general Sergiy Kryvonos, exvicecomandante de las fuerzas de operaciones especiales de las Fuerzas Armadas de Ucrania, ha escrito que los soldados se están dispersando y rindiendo porque no tienen nada por lo que luchar en la actualidad. "Miren a los soldados ucranianos en cautiverio ruso, quiénes son y cómo llegaron allí. De hecho, hemos barrido el campo de hombres de entre 35 y 55 años; trabajaban para sus amos [refiriéndose a los trabajadores agrícolas asalariados] y no eran dueños de la tierra. ¿Dónde está su motivación para luchar? ¿Para proteger qué? ¿Las tierras que sus amos les han quitado por las buenas o por las malas? Para defender algo, hay que tener algo que valga la pena defender", dice el general ucraniano, según informó Politnavigator el 5 de enero.
Cabe señalar que, mientras los medios de comunicación y los expertos militares hablan a diario de deserciones masivas, de cansancio militar por los combates y de falta de voluntad para luchar por intereses extranjeros, los medios occidentales (británicos y estadounidenses) hablan constantemente de la insatisfacción del ejército ucraniano con los "fracasos del reclutamiento militar", lo que equivale a exigir que se continúe con el reclutamiento (secuestros legalizados) e incluso se intensifique.
El fundador del regimiento paramilitar neonazi Azov, Andriy Biletski, declaró a principios de enero que los militares ucranianos tenían miedo de entrar en sus ciudades con uniforme debido a la actitud extremadamente negativa de la gente, en particular hacia los oficiales de reclutamiento militar. "Creo que es mejor entrar en las ciudades sin uniforme debido a todo este miedo e histeria asociados con las comisiones de reclutamiento militar. La gente suele desconfiar de los uniformados", afirmó y subrayó que incluso entre los militares no se encuentran partidarios de medidas de reclutamiento severas.
Esperanzas en armas milagrosas occidentales
Las autoridades gubernamentales y los nacionalistas radicales de Ucrania siguen intentando convencer a los ucranianos de que Occidente está a punto de entregar a Kiev algún tipo de arma milagrosa que cambiará la situación. La propaganda nazi contaba algo similar en la primavera de 1945, cuando las tropas soviéticas ya asaltaban las afueras de Berlín. Los ucranianos recuerdan la historia de Konstantin Paustovsky, un escritor de Odessa de principios del siglo XX, el cual fue testigo en Kiev de las distintas etapas de la guerra civil y de las intervenciones militares extranjeras y sus alrededores tras la Revolución bolchevique de 1917.
Paustovsky describe que en vísperas del asalto a Kiev por parte de las unidades del nuevo Ejército Rojo, todavía en formación [1], los nacionalistas ucranianos dirigidos por Simón Petliura [2], que estaba orientado a conseguir el patrocinio de Francia, convencieron a la población de la ciudad de que Francia pronto proporcionaría a sus fuerzas un arma milagrosa: ¡un rayo violeta que podría destruir todas las unidades rojas amenazantes! Se pidió a los civiles que no salieran de sus casas por la noche y que no miraran por las ventanas para no ser cegados por el "rayo violeta". Resultó que los nacionalistas prooccidentales estaban aprovechando las horas de la noche para escapar de la ciudad sin luchar y, lo mejor de todo, sin testigos. Se llevaron consigo todos los objetos de valor que pudieron.
El diputado ucraniano y antiguo compañero de partido de Zelenski, Oleksandr Dubynsky, afirmó a principios de enero que este concepto del mítico rayo violeta sigue funcionando: "Tenemos un nuevo concepto de 'rayo violeta'... se trata de armas operadas por sistemas robóticos. En serio. En un país donde no pueden convertir una mina en algo que pueda dispararse con un cañón de mortero, están apostando por avances tecnológicos en forma de ataques llevados a cabo por robots".
"Mañana surgirá otra idea loca, y esta también pasará a un segundo plano y quedará en el olvido. Después, otra y otra y otra... hasta que, finalmente, el cuartel general del comando se reducirá a la región de Lviv [Ucrania occidental, cerca de la frontera con Polonia]".
Cualesquiera que sean las esperanzas de los ucranianos, se verán obligados a morir por los intereses de Zelenski y la OTAN en el nuevo año. Como le dijo a una mujer un comisario militar encargado de capturar a los ucranianos que iban a ser enviados al frente en una confrontación verbal captada por una cámara a principios de enero: "No me culpes. No te habrían llevado a tu hijo si no hubieras elegido a un presidente payaso", en referencia a la elección de Zelenski en 2019 (su mandato electoral expiró en abril de 2024). El video de ese intercambio se ha vuelto viral en Ucrania, aunque no se ha identificado al oficial ni el lugar.
La responsabilidad de la tragedia que se está desatando en Ucrania recae también sobre los pseudoizquierdistas, socialdemócratas y liberales de los países occidentales, que han escuchado y seguido ciegamente las explicaciones de los medios occidentales sobre la guerra. Hoy, se trata de una guerra que se libra para preservar el orden mundial imperialista sin importar el costo humano y económico.
Notas explicativas :
[1] En febrero de 1919, la ciudad de Kiev fue tomada sin batalla por el recién formado Ejército Rojo ucraniano, dirigido por Mykola Schors ( Wikipedia ). Mykola Schors murió en acción más tarde ese año. Un monumento a él en Kiev fue destruido en 2023 por el régimen gobernante de extrema derecha como parte de su campaña de "descomunización" y antirrusa que buscaba erradicar la cultura del idioma ruso y la historia y las tradiciones revolucionarias de la Ucrania soviética.
[2] Simon Petliura fue un comandante militar que ejerció el poder en parte de Ucrania durante los tumultuosos años posteriores a la Revolución bolchevique de 1917 y al colapso del gobierno y el ejército alemán un año después. Petliura fue el jefe dictatorial de la efímera República Popular de Ucrania en 1918/19. Antes del colapso del gobierno alemán, el ejército alemán ocupaba grandes partes de lo que pronto se convertiría en la Ucrania soviética. Petliura decidió aliarse con Polonia y las potencias occidentales, particularmente con Francia, contra las revoluciones que se desarrollaban en Ucrania y Rusia. Durante su breve gobierno, libró pogromos contra la población judía de Ucrania. Huyó al exilio en 1920 y fue asesinado en París en 1926 por el anarquista judío Sholem Schwarzbard , que había perdido a familiares en los pogromos.