Líbano: ¿Están los estadounidenses en fase de reposicionamiento o de repliegue?
La luz verde dada por los estadounidenses para transportar la energía eléctrica y el gas al Líbano a través de Siria, parece ser parte de la mitigación del impacto del colapso y como resultado del fracaso del “plan Pompeo” para el Líbano.
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Líbano: ¿Están los estadounidenses en fase de reposicionamiento o de repliegue?
Tan pronto como al Sayyed Hassan Nasrallah anunciara que un barco petrolero zarpó desde las costas de Irán hacia el Líbano, la embajadora de Estados Unidos se apresuró a ponerse en contacto con el presidente de la república libanesa, el general Michel Aoun y le informó de la decisión de la administración estadounidense para ayudar al Líbano a enfrentar la profunda crisis por la que atraviesa y acordar, en consecuencia, el traslado de la energía eléctrica desde Jordania y facilitar el transporte del gas egipcio al Líbano y todo a través de Siria.
En efecto, después de la luz verde estadounidense, una delegación del gobierno libanés viajó a Siria para coordinar la implementación de estos dos asuntos, y se decidió realizar una reunión de trabajo entre los ministros de energía de Siria, Líbano, Egipto y Jordania, para discutir el mecanismo de cooperación y la implementación de esos acuerdos, algunos de los cuales se remontan al periodo anterior a la guerra en Siria; es lamentable que en 2017 se discutiera una oferta jordana para suministrar energía eléctrica al Líbano, pero la malicia política libanesa y la falta de voluntad del gobierno de Hariri para cooperar con Damasco, obstaculizaron la posibilidad de que el Líbano se beneficiara de esta oferta, que le habría ahorrado mucho al tesoro libanés.
Ciertamente, el desarrollo en este expediente y la exclusión de la electricidad y el gas de las sanciones de Estados Unidos a Siria bajo la Ley César, abrirán una brecha en el muro del asedio de Estados Unidos a Siria, por medio de las sanciones.
¿Significaría esto una derrota estadounidense y una retirada de la región, o un reposicionamiento y una transición a planes alternativos después de no lograr los objetivos por los medios anteriores?
Las máximas estadounidenses en la estrategia aplicada en el Levante árabe se basan en lo siguiente:
- La seguridad y prosperidad de "Israel":
De entrada, hay que señalar que el gasoducto árabe, que la embajadora de Estados Unidos quiere reactivar para garantizar la llegada del gas egipcio al Líbano, ha sido objeto de numerosos ataques terroristas, tanto en Siria como en Egipto; por lo tanto, puede necesitar de financiamiento del Banco Mundial para restaurarlo y esto significa la cooperación del Banco Mundial con el gobierno sirio, proporcionándole los fondos necesarios para ello.
Originalmente, esta línea se estableció para transportar gas egipcio a los países del Levante árabe, y de allí a Europa, sin embargo, el desarrollo de los acontecimientos que se produjeron sobre el terreno y el control de Turquía sobre parte de la geografía siria, hacen que hoy en día sea difícil utilizarla para este propósito, por lo tanto, no es posible que esta línea logre ningún objetivo estratégico importante sino hasta después de lograr un acuerdo y solución integral para la región.
A cambio de la reactivación del gasoducto árabe, los estadounidenses vienen trabajando, desde 2019, en la construcción de otro gasoducto para exportar gas a Europa a través del Foro del Gas del Mediterráneo Oriental, por medio del cual Washington se esfuerza para desarrollar la cooperación en el campo del gas natural en el Mediterráneo oriental, logrando un aprovechamiento efectivo de sus recursos, incluyendo con ello a “Israel” como parte de un grupo de países de la región.
Por lo tanto, el ducto árabe que se pretende reactivar no afecta realmente a “Israel” y su capacidad para exportar gas a Europa en el futuro, por consiguiente, la luz verde dada por los estadounidenses para trasladar energía eléctrica y gas al Líbano a través de Siria parece ser parte de la mitigación del impacto del colapso y como resultado del fracaso del “plan Pompeo” en el Líbano.
- Contener la influencia rusa en la región:
Parece que los planes estadounidenses para trazar líneas energéticas en la región están dirigidos principalmente para evitar que los rusos sigan controlando el suministro de energía hacia Europa, o sea la alternativa, de los rusos al gasoducto de Ucrania, a través del Nord Stream 1 y 2, o a través de TurkStream; más aún, dada la incapacidad de los estadounidenses y occidente de garantizar gas a través del gasoducto Nabucco, puede ser el motivo que los impulsó para dirigirse hacia el Mediterráneo oriental con el fin de garantizar el suministro de gas a Europa a un precio aceptable, y eso a través del Foro del Gas del Mediterráneo Oriental, que solo puede continuar y desarrollarse con la condición de mantener una presencia estadounidense en la región, haciendo que los países afiliados al mismo estén bajo la influencia directa de Estados Unidos.
- Contener la influencia iraní en la región:
No hay duda de que la llegada de barcos iraníes que transportan combustible tanto a Siria como al Líbano será un cambio estratégico importante que afectará el equilibrio de poder dentro del Líbano.
Años de guerra mediática impulsada, con el fin de responsabilizar a Hezbollah del colapso económico, se ha frenado con el anuncio de la llegada de los barcos, y con la espera de los libaneses del pronto alivio a través de los camiones cisternas de combustible procedentes de Siria; parecía que la mayoría de los libaneses – indistintamente de sus diferentes afiliaciones – han acogido con agrado el próximo desahogo a través de los barcos iraníes, como lo demuestra el hecho de que el presidente designado, Najib Mikati, haya señalado que “quienes nos critican por la llegada de los barcos iraníes, que por lo menos nos ofrezcan una vela”.
Por lo tanto, la movilización estadounidense parece ser una prisa para aliviar el impacto del colapso libanés, luego de que quedó claro en los hechos que el colapso económico no hizo que los libaneses renunciaran a su soberanía sobre sus aguas y que no dejaran de lado su postura basada en los principios, y que el hambre no haría a los libaneses menos fuertes y decididos para enfrentar militarmente a “Israel”... y por eso la apuesta por el éxito del “plan Pompeo” (enfrentar a Hezbollah o al hambre) ha fracasado, y es necesario pasar al “plan B”, de lo contrario, las pérdidas aumentarían y el equilibrio de poder dentro del Líbano se volvería contra los estadounidenses y sus aliados; en consecuencia, hablar de una retirada estadounidense de la región similar a su retirada de Afganistán es todavía temprano, a sabiendas de que el “plan B” puede que no garantice que los estadounidenses no abandonen finalmente a sus aliados en el Líbano.