Por Cuba otra vez me visto de bombero
¿Cómo apagar las llamas cuando superan los cien metros? ¿Cómo encontrarle sentido al fuego sino en las palabras de quienes lo vivieron? A propósito del incendio ocurrido en la Base de Supertanqueros de Matanzas, Cuba, Al Mayadeen Español conversó con Jorge Castellanos, Especialista de la Agencia Nacional Contra Incendios.
“Cuando llegamos a Matanzas, las llamas estaban controladas, no había peligro y comenzamos a trabajar en el tanque en combustión, para luego enfriar los alrededores”.
Después vinieron las horas de explosión…que se tradujeron en: las horas del fuego ciego y sordo, del miedo, del dolor, las horas del incendio que no tuvo sentido sino en la memoria de quienes lo vivieron, del vértigo entre las manos.
Jorge Castellanos, Especialista de la Agencia Cubana de Protección Contra Incendios, fue uno de los primeros que acudió a la Base de Supertanqueros el pasado cinco de agosto. Ese día no le correspondía trabajar, pero fue su destino escuchar las sirenas: “sentí los carros pasar y supe que había una alarma. Automáticamente, pedí autorización para ir y me trasladé (desde Mayabeque) hasta Matanzas”.
¿Tras acudir al lugar, pensó en la magnitud que tendría el suceso?
-Primero debo decirle algo: nuestra profesión siempre tiene sacrificios, por eso, para ser bombero tiene que nacerte, porque cuando tú vas a un hecho combativo, estás arriesgando tu vida. Tú sabes que vas, pero no sabes si regresas, aunque realmente este fue un evento nunca antes visto en Cuba.
“Ese día nuestros bomberos estaban trabajando muy profesionalmente. Todos los sectores de combate sabían lo que estaban haciendo, pero, por desgracia, la vida nos jugó una mala pasada, quizás por el mismo proceso de combustión se desata la catástrofe.
“Las llamas se levantaron a más de cien metros, la dirección del viento siempre giró mal. Esa fue una de las causas… el viento inclinó la llama. Ya cuando esto ocurre, empieza la radiación térmica a aumentar, por supuesto, el calor es insoportable".
¿Cuándo supo que debía salir de la Base?
-Después de elevarse esa llama, supe que había que abandonar el lugar, no había otra opción, porque las temperaturas eran muy altas. Además, el segundo tanque comenzó a emitir un zumbido y, entonces, alerté a toda la tropa “corran, corran, corran”, porque sabía la intensidad de lo que vendría.
“En cuestión de segundos, estalló el segundo tanque. La presión nos tiró al suelo, nos tiró contra una loma. Ya no podía más porque con ese inmenso calor, ya no puedes más, te sientes agotado, me caí, traté de levantarme y no podía. Dije: “aquí voy a morirme”, pero busqué fuerzas y me levanté”.
“Todos salimos lesionados, todos los que estábamos en el mismo perímetro, contrario o a favor del aire, a distancia de 100 o 300 metros, estábamos iguales. Las llamas cogieron una convulsión y una altura determinada, la distancia se extendió a setenta kilómetros, era imposible estar ahí, tuvimos que retirar nuestros medios y fuerzas, para después realizar un ataque preparado”.
Hoy lo veo herido físico y espiritualmente ante la pérdida de sus compañeros, ¿cómo valora la atención en los hospitales cubanos?
-La asistencia fue rapidísima en el hospital Faustino Pérez. Nos recibieron e inmediatamente comenzaron a trabajar con nosotros los psicólogos y médicos. Se me acercaron enfermeras con sus celulares para que llamáramos a nuestras familias. El presidente también fue al lugar, nos saludó uno por uno, nos preguntó cómo estábamos.
“Luego vino lo más duro, nos clasificaron: los críticos, graves y menos graves, para podernos trasladar a nuestras provincias si las condiciones estaban creadas. La atención fue buenísima, todos estaban pendiente de ti, no te dejaban ir a ningún lugar”.
Si un joven decide hoy ser bombero y le pide recomendaciones, ¿qué le diría?
-Realmente el consejo que le doy es que se preparen todos los días, que estudien, tienen que estudiar mucho. No pueden cogerle miedo a la carrera, porque esta es una profesión igual que cualquier otra. Todo el que está en los bomberos sabe el riesgo que corre.
“Tomar decisiones rápidas es importante, tanto para las labores de extinción como para una retirada en retaguardia. Esto lleva condiciones, hay veces que las circunstancias nos juegan una mala pasada y no da tiempo. Aun así, una y otra vez, por Cuba me vuelvo a vestir de bombero”.