Cuba: Una pelea contra el peligroso caracol gigante africano
El M. Sc. Michel Matamoros Torres, investigador y especialista de Malacología del Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal, explicó que el caracol gigante africano (CGA), oriundo de África oriental, es hermafrodita pero no se autofecunda, y puede colocar entre 100 y 500 huevos cada vez, de los cuales nacen entre el 85 y el 95%. En un año, puede poner hasta mil 800 huevos.

El caracol gigante africano, una de las 100 peores especies exóticas invasoras del mundo, detectado por primera vez en Cuba en 2014, es hoy una amenaza en áreas como la sanidad vegetal, la salud humana y la biodiversidad del país.
Su combate, es el centro de un esfuerzo nacional que incluye al Estado Mayor de la Defensa Civil, los ministerios de Salud, Educación y Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, el Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal y la población.
En el espacio radiotelevisado Mesa Redonda, el M. Sc. Michel Matamoros Torres, investigador y especialista de Malacología del Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal, explicó que el caracol gigante africano (CGA), oriundo de África oriental, es hermafrodita pero no se autofecunda, y puede colocar entre 100 y 500 huevos cada vez, de los cuales nacen entre el 85 y el 95%. En un año, puede poner hasta mil 800 huevos.
Alcanza su madurez sexual entre cuatro y cinco meses de vida, según lo observado en Cuba, y puede vivir hasta cuatro años. Su concha puede alcanzar una talla de hasta 20 cm.
Es una especie omnívora. Consume mayormente material vegetal, pero puede ingerir lo mismo líquenes y hongos que papel o cartón, entre otros. Esta es una de las características que lo hacen muy exitoso en su adaptación a diversos ecosistemas, así como su capacidad para enterrarse ante amenazas o para protegerse de depredadores, y cerrar su concha mediante una membrana y disminuir su metabolismo en condiciones adversas como la sequía o ante la falta de alimento.
Como todo molusco, es muy dependiente de la humedad. Las condiciones climáticas de Cuba son muy favorables para su establecimiento y desarrollo (vegetación tropical, alta humedad, la lluvia, la presencia de carbonato de calcio en el suelo, y la ausencia de barreras naturales que impidan su dispersión). “Esto hace que el país sea un paraíso para la especie”, dijo Matamoros.
Entre las principales vías de dispersión del caracol gigante africano, el especialista mencionó la acción del hombre (al adoptarlo como mascota, usarlo para fines ornamentales o de artesanía, como carnada o con fines religiosos), la natural (aunque por la lentitud de la especie, se ha demostrado que no es la más eficaz a gran escala, pues solo funciona en el nivel local), y la transportación de suelo, sustratos y plantas donde pueda haber ejemplares o huevos.
Tras su detección en Cuba por primera vez en junio de 2014, en el reparto Poey, municipio habanero de Arroyo Naranjo, se activó el sistema de vigilancia fitosanitaria mediante la ejecución de encuestas de detección en el territorio nacional y la ejecución de acciones de control.
Actualmente, precisó el especialista de Malacología del Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal, el caracol gigante africano se encuentra en 12 provincias cubanas y en el Municipio Especial Isla de la Juventud.
En el espacio televisivo se reiteró que este caraccol puede ser hospedero de larvas del nematodo Angiostrongylus cantonensis, un parásito pulmonar de las ratas; estas se infectan al ingerir las larvas que portan algunos moluscos como el CGA y también pueden accidentalmente infectar al hombre y provocarle meningoencefalitis eosinofílica.
Al respecto, la Dra. Carilda Peña García, directora de Vigilancia y Lucha Antivectorial del Ministerio de Salud Pública, dijo que la infección ocurre cuando los humanos ingieren larvas de tercer estadio, al llevarse las manos a la boca después de tocar los moluscos o por la ingestión cruda o mal cocinada de productos vegetales frescos contaminados por las secreciones de los caracoles.
“La enfermedad se manifiesta por cefaleas intensas y calambres. Aunque la literatura reconoce que hay casos en los que no se revelan los síntomas, si la carga infectante es muy grande puede causar daños severos al sistema nervioso central y puede causar la muerte”, advirtió la especialista.
Peña García subrayó que no se reportan en Cuba de manera oficial ningún paciente con meningitis a partir del caracol gigante africano. “No quiere decir que el riesgo no esté, se han comprobado animales con alta carga infecciosa”.
En este sentido, recalcó que el diagnóstico es muy complejo y los daños en niños pueden desencadenar trastornos psicomotores.