Una controversia entre quienes quieren aumentar impuestos y los que no, causó el aplazamiento de los debates en el gobierno libanés sobre el presupuesto.

Así transcurrió la más reciente de las reuniones del Consejo de Ministros, cuya próxima sesión se celebrará el lunes.

En su cuarta ronda de conversaciones, el gabinete realizó modificaciones no sustanciales en artículos relacionados con medidas de austeridad causantes de protestas callejeras, así como huelgas de trabajadores y de pensionados militares.

El ministro de Finanzas, Ali Hassan Khalil, confirmó la discusión sobre el polémico aumento de impuestos sobre intereses de depósitos bancarios de siete a 10 por ciento y de gravar con 25 puntos porcentuales a los de mayores ganancias, incluidas las instituciones bancarias.

A su vez, el presidente de la Asociación de Bancos en El Líbano, Joseph Torbey, señaló que esas medidas afectarían los flujos de capital.

Khalil buscó tranquilizar a los empleados del sector público y a los pensionados sobre recortes salariales y de otras prestaciones, entre ellas, la atención médica.

"Nadie está pensando en privar de esos servicios. Eso está absolutamente fuera de discusión", apuntó el ministro.