Tomada por Alfred Eisenstaedt, la fotografía es reconocida a nivel internacional, dando mucho de que hablar desde que fuera tomada en 1945.

Uno de los interrogantes que todos nos hacemos al verla es quiénes eran los dos protagonistas, pues el fotógrafo falleció en 1995 sin haber aclarado quiénes fueron aquellos modelos improvisados.

Con la identidad de la enfermera hubo algunas confusiones, para llegar a la conclusión de que se trataba de Greta Zimmer Friedman, que en realidad era asistente dental y tenía 27 años cuando se produjo la escena. Greta falleció en el 2016.

Identificar al marinero fue aún mucho más difícil. No fueron pocos los hombres que intentaron atribuirse el apasionado beso y hubo que echar mano de la tecnología y el reconocimiento facial para confirmar que George Mendonsa era el protagonista de la icónica imagen. Mendonsa era hijo de un pescador, que se enroló en la marina durante la guerra.

Al contrario de lo que todos pensábamos, Greta y George no eran pareja y nunca lo fueron, es más, George había aprovechado un permiso para invitar a salir a la mujer que le gustaba.

Greta y George no eran pareja y nunca lo fueron.

Fue al enterarse de la alegre noticia del fin del combate, cuando salió a la calle a celebrarlo y en medio de la algarabía se dejo llevar por la euforia y besó a aquella enfermera desconocida. Después siguió su camino.

Tras confirmarse la identidad de ambos, en 2012 se juntaban, ya ancianos, en el mismo lugar que les convirtió en inmortales.

El 18 de febrero, perdíamos al último testigo e intérprete de la escena, llevándose con él aquel momento, aunque por suerte, siempre nos quedará esta eterna fotografía.