El proceso de formación del Gobierno en El Líbano está de vacaciones, según la apreciación de los analistas, informó Prensa Latina.

Una ausencia total de contactos entre las partes involucradas en instalar el Ejecutivo deriva en que el próximo Gabinete continuará en debate hasta mucho más allá de fin de año, luego de ocho meses de discordia.

De tal manera que se mantienen las advertencias sobre un empeoramiento de la crisis económica y social, cuya expresión más notoria se observa en numerosas protestas masivas que se registraron en las últimas horas.

La televisora Future acuñó una frase clave para el momento que se vive en El Líbano, 'parece que el proceso de formación del gobierno está de vacaciones'.

Por su parte, el primer ministro designado, Saad Hariri, mantiene silencio ante esas protestas, que responden a una frustración por promesas de instalar un Ejecutivo antes de Navidad y Año Nuevo.

A veces el silencio es una necesidad para que los demás escuchen, escribió Hariri en una red social frente a las airadas manifestaciones callejeras contra la dilación del gobierno.

Las perspectivas de hallar una solución se disolvieron por el rechazo de una iniciativa presentada por el presidente de la República, Michel Aoun.

Ahora los esfuerzos se centran en revivir la oferta del mandatario libanés, que consiste en nombrar un ministro representante de seis diputados musulmanes sunitas independientes.

Tal demanda la rechaza Hariri, pero la apoyan los partidos Hizbullah y movimiento Amal que poseen mayoría en el Parlamento.

La demora en instalar el Ejecutivo puede llevar al país al colapso con amenazas para la seguridad y estabilidad nacional, según los expertos.