El bloqueo fracasa en su objetivo de derrotar la Revolución cubana
Ante más de 200 representantes de la sociedad civil cubana reunidos en La Habana, el jefe de la Dirección General de Estados Unidos de la cancillería cubana, Carlos Fernández de Cossío, aseguró que el proyecto político y social de la isla posibilitó el avance de sectores como la educación y la salud aún con el impacto de esa política, que califica como un acto de genocidio.

El jefe de la Dirección General de Estados Unidos de la cancillería cubana, Carlos Fernández de Cossío, afirmó que el bloqueo, pese a ocasionar incontables perjuicios, fracasa en su objetivo de derrotar la Revolución.
Ante más de 200 representantes de la sociedad civil cubana reunidos en La Habana, Fernández de Cossío aseguró que el proyecto político y social de la isla posibilitó el avance de sectores como la educación y la salud aún con el impacto de esa política, que califica como un acto de genocidio según la Convención de Ginebra de 1948 para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio.
El diplomático cubano señaló que el daño acumulado por las sanciones unilaterales se estima en 933 mil 678 millones de dólares, considerando la depreciación del dólar frente al valor del oro en el mercado internacional.
Advirtió que los defensores de esa medida coercitiva, considerada ilegal y anquilosada, pretenden entonces desacreditar a la Revolución cubana, un proyecto que desde 1959 defiende los derechos de los habitantes de la mayor de las Antillas.
Asimismo, precisó que el cerco económico constituye el primer obstáculo para el desarrollo de la isla y la barrera fundamental para la normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.
Fernández de Cossío apuntó que la votación del 31 de octubre en la Asamblea General de Naciones Unidas del proyecto de resolución sobre la necesidad de poner fin al bloqueo, tiene como objetivo convocar a la comunidad internacional para que se sume al reclamo de la nación caribeña.
Significó que durante casi tres décadas se manifestó en ese organismo multilateral el rechazo a esta medida y su necesaria eliminación por ser un acto de guerra económica de acuerdo con lo establecido en la Declaración relativa al Derecho de la Guerra Marítima, adoptada por la Conferencia Naval de Londres en 1909.