Durante un acto en defensa de las industrias naval y petrolífera en el municipio de Ipojuca, Pernambuco, acompañado por la ex mandataria Dilma Rousseff, Lula remarcó que es por incompetencia y por no saber qué hacer con la economía que el actual gobierno está vendiendo todo lo que no es de ellos, un patrimonio construido a lo largo de muchos años por el pueblo brasileño.

Señaló que la actual adminsitración del país quieren destruir a Petrobras, porque esa empresa significa soberanía nacional y desarrollo industrial.

LLamó los brasileños a no desanimarse, a organizarse, salir a las calles y exigir respeto a sus conquistas.

En otro momento de su intervención, Lula recordó que el gobierno golpista de Temer quiso responsabilizar a Dilma por la presunta desgracia de Brasil; pero ahora hay una verdadera desgracia y mucho mayor.

A su juicio, la solución para los graves problemas por los que atraviesa hoy Brasil está en elegir un presidente con credibilidad, que tenga confianza en el pueblo y no tema salir a las calles para discutir cualquier tema con este.

Alertó que no sabe lo que sucederá con él en el futuro, pero indicó que el pueblo si sabe que la solución está en los pobres y no en los banqueros, ni en los grandes empresarios, ni en la subordinación a los intereses de Estados Unidos y Europa.

Por su parte, Dilma llamó a resistir y pensar que si una vez fueron capaces de probar que se podía, ahora se puede volver a cambiar las cosas. "Que la resistencia se transforme en victoria, porque la democracia nos interesa", dijo.