El vicejefe de la Sociedad del Creciente Rojo iraní para operaciones de ayuda y rescate, Alí Yahyaei, informó a la prensa local que la cifra de víctimas aumentó a medidas que avanzaron las labores de salvamento.

De los 14 fallecidos reportados inicialmente, ya se contabilizaron de 30 a 40, y el número de lesionados también se elevó a un centenar, indicó Yahyaei.

Precisó que el accidente ferroviario fue de una magnitud muy grande, pues algunos pasajeros fueron quemados por el incendio que desató el choque.

Los equipos de socorro señalaron que el hecho de que algunas personas fueron devoradas por las llamas hace imposible en esta coyuntura determinar el número exacto de víctimas, pero se trabaja para completar el balance.

Por su lado, el portavoz de la Organización de Ayuda y Rescate, Mostafa Mortazavi, explicó que están bajo investigación las pesquisas para determinar las causas de la colisión, aunque peritos técnicos apuntaron a que pudo originarse debido a la gruesa nevada en la región de Semnan.

Esa misma razón complicó en un principio el acceso hasta allí de los 14 equipos de rescate y bomberos, a pesar de lo cual se enviaron dos helicópteros y seis ambulancias para transportar a hospitales cercanos a los heridos, que recibieron los primeros auxilios en el lugar.

Por su parte, el director general del Ferrocarril Sureste, Hamid Darbagh Anbaran, comentó que varios vagones del tren chocaron entre sí como consecuencia del fuerte impacto y permanecieron envueltos en llamas durante algunas horas.

Según las primeras investigaciones del siniestro, uno de los trenes cubría el trayecto de Tabriz, en la provincia noroeste de Azerbaiján Este, a Mashad, en el noreste del país, y el otro de Semnan, situada 216 kilómetros al oriente de Teherán en el centro septentrional del país, a Mashad.

El primer aparato chocó con el segundo que estaba detenido en la estación Haftkhan, de Shahroud y Damqan, en Semnan.