Gerardo Hernández: El gobierno de Estados Unidos no ha renunciado a sus objetivos con Cuba
“Tenemos razones para ser muy cautelosos. Estados Unidos siempre ha visto a mi país como su patio trasero y hay poderosos intereses que ven ahora una oportunidad para lograr lo que no han podido por otros medios durante medio siglo”, declaró el antiterrorista cubano Gerardo Hernández Nordelo, durante una entrevista en la embajada de Cuba en Madrid, difundida por el diario español El País.

Hernández, que hace pocos días viajó a España para agradecer la solidaridad de sus simpatizantes y visitar Gran Canarias, donde nació su madre, fallecida en 2009, consideró que la nueva política norteamericana, el turismo, los intercambios diplomáticos, comerciales, culturales y deportivos, se asemejan al “abrazo del oso” porque el objetivo es socavar el sistema desde dentro.
“Muchas personas quieren un acercamiento real, pero congresistas con influencia y también la propia Administración no ha renunciado a sus objetivos con Cuba. Y el objetivo siempre ha sido destruir la revolución. Están apostando a que ahora podrán hacerlo con el abrazo del oso”, sentenció el antiterrorista.
Quien fuera jefe de la red de cinco agentes cubanos detenidos en 1988 por el FBI y que sufrieron injusta condena en Estados Unidos por alertar a su pueblo y al norteamericano de las actividades terroristas perpetradas por grupúsculos anticubanos asentados en el sur de la Florida, fue condecorado con el título de Héroes de la República, y liberado en el marco del restablecimiento de las relaciones Cuba-Estados Unidos, anunciado el 17 de diciembre de 2014.
Sobre las negociaciones entre Estados Unidos y Cuba, Hernández señaló que las mismas comenzaron sin condiciones previas ni temas inabordables, pero sin que el Gobierno cubano aceptara promover aperturas políticas en la isla a cambio del levantamiento de sanciones.
“No sé lo que tendrán ellos (el gobierno Estados Unidos) en mente, pero yo le aseguro que este proceso se inició sobre la base de que se discutiría de igual a igual, sin precondiciones, con respeto y soberanía”, acotó.
Al respecto agregó: “Hay partidas, grandes sumas, públicas o no, dedicadas a la subversión en Cuba, pero los cambios que vayan a ocurrir ocurrirán por la voluntad y el deseo de los cubanos”.
A la interrogante sobre la posibilidad del pluripartidismo en Cuba, enfatizó que éste atenta contra la historia de su país. "Ya Martí habló del partido de la nación cubana. No tengo una bola de cristal para predecir el futuro y los cambios y consensos que pueda haber en nuestra población. Las circunstancias cambian, y nuestra propia realidad, pero ahora la gran mayoría de los cubanos quiere que nuestro sistema siga siendo socialista”, aseveró.
En relación con el apoyo social al proyecto revolucionario cubano precisó: "No podría decirle si en el año 70 tuvo un 90% y ahora un 77%. No creo que nadie tenga los números, pero puede estar convencido de que sin la mayoría del pueblo la revolución no resiste.
Para Gerardo el apoyo mayoritario del pueblo al proceso cubano se da también por la confianza de sus dirigentes en ese pueblo para la toma de decisiones. Puso como ejemplo el proceso de consulta popular para discutir los lineamientos (documentos del VI Congreso del Partido de 2011). "Se recogieron millones de opiniones de la población sobre hacia dónde quiere que Cuba vaya y qué modificaciones hacemos".
Apuntó que la participación política se da en todos los sectores sociales del país y sin que el ciudadano obligatoriamente tenga que pertenecer al Partido. "Nuestro sistema electoral establece esa posibilidad. Hay casos de personas sin afiliación política que son propuestas por la comunidad para que los represente a los diferentes niveles de gobierno.
Al referirse al tema de los medios de producción en manos del Estado, el Héroe de la República de Cuba subrayó que no está en los planes de la Revolución cubana privatizarlos. "Eso iría en contra de los principios fundamentales del socialismo", agregó.
Sobre las desigualdades sociales que origina la privatización de algunos servicios, opinó que son riesgos que se corren. "Lo importante -señaló- es darle a la gente la igualdad de oportunidades. "El igualitarismo a ciegas no conduce a nada. Si un hombre está haciendo dinero con su trabajo sin explotar a nadie, bienvenido sea".
"Estados Unidos confía en el cambio generacional de nuestra dirigencia histórica, en que los jóvenes cubanos tienen otra mentalidad, y no tienen el mismo compromiso con la Revolución. A eso aspiran. Y es algo para lo que debemos prepararnos", concluyó.
“Muchas personas quieren un acercamiento real, pero congresistas con influencia y también la propia Administración no ha renunciado a sus objetivos con Cuba. Y el objetivo siempre ha sido destruir la revolución. Están apostando a que ahora podrán hacerlo con el abrazo del oso”, sentenció el antiterrorista.
Quien fuera jefe de la red de cinco agentes cubanos detenidos en 1988 por el FBI y que sufrieron injusta condena en Estados Unidos por alertar a su pueblo y al norteamericano de las actividades terroristas perpetradas por grupúsculos anticubanos asentados en el sur de la Florida, fue condecorado con el título de Héroes de la República, y liberado en el marco del restablecimiento de las relaciones Cuba-Estados Unidos, anunciado el 17 de diciembre de 2014.
Sobre las negociaciones entre Estados Unidos y Cuba, Hernández señaló que las mismas comenzaron sin condiciones previas ni temas inabordables, pero sin que el Gobierno cubano aceptara promover aperturas políticas en la isla a cambio del levantamiento de sanciones.
“No sé lo que tendrán ellos (el gobierno Estados Unidos) en mente, pero yo le aseguro que este proceso se inició sobre la base de que se discutiría de igual a igual, sin precondiciones, con respeto y soberanía”, acotó.
Al respecto agregó: “Hay partidas, grandes sumas, públicas o no, dedicadas a la subversión en Cuba, pero los cambios que vayan a ocurrir ocurrirán por la voluntad y el deseo de los cubanos”.
A la interrogante sobre la posibilidad del pluripartidismo en Cuba, enfatizó que éste atenta contra la historia de su país. "Ya Martí habló del partido de la nación cubana. No tengo una bola de cristal para predecir el futuro y los cambios y consensos que pueda haber en nuestra población. Las circunstancias cambian, y nuestra propia realidad, pero ahora la gran mayoría de los cubanos quiere que nuestro sistema siga siendo socialista”, aseveró.
En relación con el apoyo social al proyecto revolucionario cubano precisó: "No podría decirle si en el año 70 tuvo un 90% y ahora un 77%. No creo que nadie tenga los números, pero puede estar convencido de que sin la mayoría del pueblo la revolución no resiste.
Para Gerardo el apoyo mayoritario del pueblo al proceso cubano se da también por la confianza de sus dirigentes en ese pueblo para la toma de decisiones. Puso como ejemplo el proceso de consulta popular para discutir los lineamientos (documentos del VI Congreso del Partido de 2011). "Se recogieron millones de opiniones de la población sobre hacia dónde quiere que Cuba vaya y qué modificaciones hacemos".
Apuntó que la participación política se da en todos los sectores sociales del país y sin que el ciudadano obligatoriamente tenga que pertenecer al Partido. "Nuestro sistema electoral establece esa posibilidad. Hay casos de personas sin afiliación política que son propuestas por la comunidad para que los represente a los diferentes niveles de gobierno.
Al referirse al tema de los medios de producción en manos del Estado, el Héroe de la República de Cuba subrayó que no está en los planes de la Revolución cubana privatizarlos. "Eso iría en contra de los principios fundamentales del socialismo", agregó.
Sobre las desigualdades sociales que origina la privatización de algunos servicios, opinó que son riesgos que se corren. "Lo importante -señaló- es darle a la gente la igualdad de oportunidades. "El igualitarismo a ciegas no conduce a nada. Si un hombre está haciendo dinero con su trabajo sin explotar a nadie, bienvenido sea".
"Estados Unidos confía en el cambio generacional de nuestra dirigencia histórica, en que los jóvenes cubanos tienen otra mentalidad, y no tienen el mismo compromiso con la Revolución. A eso aspiran. Y es algo para lo que debemos prepararnos", concluyó.