Falta liderazgo en EE. UU. para arreglar las relaciones con Cuba
El profesor William LeoGrande publicó recientemente un artículo sobre la influencia del tema Cuba en las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
El académico estadounidense William LeoGrande estimó que los intereses nacionales deben guiar las relaciones de Washington con Cuba.
LeoGrande analizó la política de numerosas administraciones norteñas hacia La Habana que basadas en erradas apreciaciones de la importancia del voto de la derecha conservadora cubanoamericana, se inclinaron en la dirección equivocada.
De acuerdo con el experto, deben atenderse a los intereses nacionales de Estados Unidos y no a los de cubanoamericanos conservadores de Miami, o a las fortunas políticas de los aspirantes a presidente.
Además, comenzar por reconocer que la hostilidad no va a deponer al gobierno cubano, algo evidente después de 65 años de intentarlo en vano.
Pese a diferencias en algunos temas, en el ámbito de la seguridad nacional, EE. UU. y la isla comparten un interés común en la lucha contra la delincuencia transnacional, narcotráfico, tráfico de seres humanos y terrorismo, y también en una amplia gama de acercamientos en la protección del medio ambiente, los efectos del cambio climático y la salud pública.
Cuando se le preguntó a Ben Rhodes quien dirigió el equipo negociador estadounidense qué hizo posible poner fin a décadas de hostilidad dio una respuesta sorprendentemente sencilla: liderazgo y voluntad política.
LeoGrande en un amplio artículo de años de fracaso dijo que en 2020, Joe Biden prometió retomar la política de Barack Obama de normalizar las relaciones con la isla "en gran parte".
Sin embargo, la derrota demócrata en Florida lo llevó a variar el rumbo en un estado que, aunque tiene cerca de 29 votos al Colegio Electoral, es decisivo en una elección.
Debido a ese revés la Casa Blanca se mostró reacia a revertir las draconianas sanciones económicas que Donald Trump impuso, a pesar de la creciente crisis humanitaria, según el también profesor y Decano Emérito de la Escuela de Asuntos Públicos de la American University en Washington.
Al calificar de contraproducente estas acciones como política exterior, el experto precisó que las sanciones Trump-Biden catalizaron la mayor crisis migratoria desde 1959, con casi 500 mil cubanos llegados a la Florida en los últimos dos años.
Como señalo en un nuevo informe para el Quincy Institute pocos países ocuparon el lugar tan destacado como Cuba en las elecciones estadounidenses a lo largo de los año.
Desde la primera campaña, tras el triunfo de la Revolución en 1959 hasta la contienda de 2020, los candidatos sacan el tema para criticar a su oponente por ser blando en política exterior o para atraer a los votantes cubanoamericanos en el disputado estado de Florida.
Ningún político nacional quería ser tachado de "blando con Cuba" y en lugar de centrarse en una cuestión de seguridad nacional, a partir de la década de 1990 los candidatos apelaron a los votantes cubanoamericanos en cuestiones de democracia y derechos humanos.
Sobre la influencia del tema Cuba, LeoGrande consideró que la mayor parte del mapa electoral de Estados Unidos está predeterminado.
En 2020, sólo hubo ocho estados en los que el margen de victoria del ganador fue inferior a cinco puntos porcentuales, con un total de 123 votos electorales.
En resumen, en 16 elecciones estadounidenses desde que Fidel Castro entró en La Habana en 1959, sólo en una ocasión los votos cubanoamericanos decidieron Florida y la presidencia: 2000.
Según analistas, se produjo un fraude tipo “República bananera”, un calificativo que Washington aplicaba a las elecciones en los países vecinos del sur.
Estas y otras valoraciones pueden encontrarse en el nuevo documento del profesor LeoGrande en el Quincy Institute, Cuba's Role in U.S. Presidential Elections, en el que pone en evidencia que la derecha cubanoamericana tiene un valor escaso si los gobiernos en la Casa Blanca valoran objetivamente los intereses nacionales.
Las perspectivas de un mercado cercano y una llave en el golfo para enfrentar muchos retos de seguridad nacional, sin contar potencialidades que en conjunto pueden desarrollar en áreas como la salud y la biotecnología, sin contar que Cuba sería el mayor receptor de turistas e inversiones en ese campo que apenas está a 90 millas.