El gobierno libanés decide un plan de exportación de la basura pero la crisis continúa
El gobierno libanés aprobó un plan para exportar toneladas de basura como solución temporal a una crisis que desató protestas callejeras sin precedentes en el país, aunque hoy persisten discrepancias políticas y manifestaciones de movimientos sociales.
La decisión se adoptó durante la sesión del gabinete que
concluyó en su sede del Grand Serail de Beirut presidida por el primer ministro
Tammam Salam, quien expresó satisfacción porque -según dijo- "hemos
superado una gran carga que estuvo presionando a El Líbano y a los
libaneses".
El envío al exterior de la basura es una alternativa adoptada por las autoridades tras meses de controversia y programas tentativos para crear vertederos en distintas zonas del territorio nacional, lo cual rechazaron comunidades que denunciaron actos de corrupción de círculos políticos.
Salam recordó que la exportación de los desperdicios se logró en medio del aplazamiento y la obstrucción en el país y de una tensa situación política, acompañada de muchas disputas y desacuerdos que llevaron a la actual coyuntura de semiparálisis.
"Esta es una solución temporal y transitoria, espero que será una lección para todos sobre la necesidad de evitar disputas políticas ... estamos entre basura orgánica, doméstica y municipal, pero también sufrimos la basura política", subrayó el jefe del ejecutivo de esta nación árabe.
Para Salam, El Líbano necesita una "solución de manejo sostenible de la basura", y debe utilizar los desechos para producir electricidad, justo en un país donde a diario hay como mínimo tres horas de apagones y que en los meses calurosos de julio y agosto encolerizó más a los que protestaban en la calle.
El acuerdo del gobierno se alcanzó a pesar de las objeciones de los ministros de Educación, Elias Bou Saab (afiliado al Movimiento Patriótico Libre (MPL), y de Economía, Alain Hakim (del partido Kataeb), y de las reservas del titular de Información, Ramzi Jreij (Kataeb).
Por su parte, el ministro de Agricultura, Akram Shehayyeb, encargado para gestionar la solución del tema de la basura, reveló que el plan de exportación de los desperdicios tendrá un costo de 212 dólares por tonelada, lo cual generó comentarios del titular de Finanzas, Alí Hassan Khalil.
Khalil declaró que no apoya elevar los precios de la gasolina para costear el plan de exportación de la basura, en tanto Bou Saab remarcó que la decisión generará muchas preguntas acerca de las fuentes de financiamiento, en especial sobre fondos públicos e ingresos de los gobiernos municipales.
Activistas de los movimientos cívicos Apestan, nombre que alude a la negligencia de los gobernantes en el asunto de la basura, y Queremos que Rindan Cuenta, enfocado en denunciar la corrupción oficial, se manifestaron fuera del Grand Serail mientras sesionaba el Consejo de Ministros.
En medio de consignas y pancartas, rechazaron la forma en que las autoridades manejaron la crisis y advirtieron contra aprobar la exportación o aumentar los precios de la gasolina, porque eso confirma que la corrupción no ha terminado, indicaron.
El envío al exterior de la basura es una alternativa adoptada por las autoridades tras meses de controversia y programas tentativos para crear vertederos en distintas zonas del territorio nacional, lo cual rechazaron comunidades que denunciaron actos de corrupción de círculos políticos.
Salam recordó que la exportación de los desperdicios se logró en medio del aplazamiento y la obstrucción en el país y de una tensa situación política, acompañada de muchas disputas y desacuerdos que llevaron a la actual coyuntura de semiparálisis.
"Esta es una solución temporal y transitoria, espero que será una lección para todos sobre la necesidad de evitar disputas políticas ... estamos entre basura orgánica, doméstica y municipal, pero también sufrimos la basura política", subrayó el jefe del ejecutivo de esta nación árabe.
Para Salam, El Líbano necesita una "solución de manejo sostenible de la basura", y debe utilizar los desechos para producir electricidad, justo en un país donde a diario hay como mínimo tres horas de apagones y que en los meses calurosos de julio y agosto encolerizó más a los que protestaban en la calle.
El acuerdo del gobierno se alcanzó a pesar de las objeciones de los ministros de Educación, Elias Bou Saab (afiliado al Movimiento Patriótico Libre (MPL), y de Economía, Alain Hakim (del partido Kataeb), y de las reservas del titular de Información, Ramzi Jreij (Kataeb).
Por su parte, el ministro de Agricultura, Akram Shehayyeb, encargado para gestionar la solución del tema de la basura, reveló que el plan de exportación de los desperdicios tendrá un costo de 212 dólares por tonelada, lo cual generó comentarios del titular de Finanzas, Alí Hassan Khalil.
Khalil declaró que no apoya elevar los precios de la gasolina para costear el plan de exportación de la basura, en tanto Bou Saab remarcó que la decisión generará muchas preguntas acerca de las fuentes de financiamiento, en especial sobre fondos públicos e ingresos de los gobiernos municipales.
Activistas de los movimientos cívicos Apestan, nombre que alude a la negligencia de los gobernantes en el asunto de la basura, y Queremos que Rindan Cuenta, enfocado en denunciar la corrupción oficial, se manifestaron fuera del Grand Serail mientras sesionaba el Consejo de Ministros.
En medio de consignas y pancartas, rechazaron la forma en que las autoridades manejaron la crisis y advirtieron contra aprobar la exportación o aumentar los precios de la gasolina, porque eso confirma que la corrupción no ha terminado, indicaron.