Conmemoración de Ashura en Karbala deviene movilizaciones contra el terrorismo y la injerencia extranjera
Millones de musulmanes de Medio Oriente, especialmente en Iraq e Irán conmemoraron el Ashura con movilizaciones a favor de la unidad contra el terrorismo y la injerencia occidental en la región.
El ritual fue la ciudad de iraquí de Karbala, donde se localiza la tumba y el santuario de Hussein bin Alí, el tercer Imán del Islam chiita nieto del profeta Mahoma, al que se venera en el décimo día del Muharram, el primer mes del año islámico (lunar).
Por su parte, el primer ministro iraquí, Haider Al-Abadi, destacó la coincidencia de la conmemoración con las recientes victorias militares frente a los takfiristas en las provincias de Salaheddin y Al-Anbar.
También resaltó la liberación esta semana de la ciudad petrolera de Baiji, en Salaheddin, y de vastas áreas en inmediaciones de Ramadi, la capital de Al-Anbar, ambas dominadas por Estado Islámico (EI).
Mientras, la diputada kurda, Vian Dakhil, urgió a los iraquíes a unirse para derrotar al Daesh y pidió mantener los principios honestos de Hussein de repeler el peligro, la opresión y el sufrimiento del pueblo.
Desde Irán, cientos de miles de feligreses vestidos de negro acudieron este sábado a Karbala para realizar el Raktha Touirij, una liturgia en la que los musulmanes recrean la voluntad de respaldar a Hussein y sus 72 seguidores.
El líder supremo de la Revolución Islámica, ayatolah Alí Khamenei, asistió en Teherán a las ceremonias del aniversario luctuoso de Hussein, durante la cual los devotos se flagelan en un acto de dolor y pasión de gran impacto en la conciencia religiosa a causa de su martirio.
Las arengas contra la interferencia de Estados Unidos dominaron el Ashura en Yemen y en El Líbano. En esta última nación, el líder de Hizbulah, Hassan Nasrallah, vaticinó el triunfo en Siria frente a lo que denominó esquema norteamericano-takfirista.
Por otra parte, trascendió que medios iraníes citaron a clérigos egipcios y dirigentes de la Asociación Juvenil Chiita que calificaron de ilógico e inaceptable el cierre de la mezquita del Imán Hussein en El Cairo, y lo valoraron una señal del dominio de la ideología saudita y la extensión del discurso del Daesh.
Canales informativos libaneses criticaron la advertencia del ministerio del Interior de Bahrein, único reino árabe de mayoría chiita, de castigar posibles violaciones del orden por parte de quienes realizaron el ritual, intimidándolos con gran despliegue policial.
Por su parte, el primer ministro iraquí, Haider Al-Abadi, destacó la coincidencia de la conmemoración con las recientes victorias militares frente a los takfiristas en las provincias de Salaheddin y Al-Anbar.
También resaltó la liberación esta semana de la ciudad petrolera de Baiji, en Salaheddin, y de vastas áreas en inmediaciones de Ramadi, la capital de Al-Anbar, ambas dominadas por Estado Islámico (EI).
Mientras, la diputada kurda, Vian Dakhil, urgió a los iraquíes a unirse para derrotar al Daesh y pidió mantener los principios honestos de Hussein de repeler el peligro, la opresión y el sufrimiento del pueblo.
Desde Irán, cientos de miles de feligreses vestidos de negro acudieron este sábado a Karbala para realizar el Raktha Touirij, una liturgia en la que los musulmanes recrean la voluntad de respaldar a Hussein y sus 72 seguidores.
El líder supremo de la Revolución Islámica, ayatolah Alí Khamenei, asistió en Teherán a las ceremonias del aniversario luctuoso de Hussein, durante la cual los devotos se flagelan en un acto de dolor y pasión de gran impacto en la conciencia religiosa a causa de su martirio.
Las arengas contra la interferencia de Estados Unidos dominaron el Ashura en Yemen y en El Líbano. En esta última nación, el líder de Hizbulah, Hassan Nasrallah, vaticinó el triunfo en Siria frente a lo que denominó esquema norteamericano-takfirista.
Por otra parte, trascendió que medios iraníes citaron a clérigos egipcios y dirigentes de la Asociación Juvenil Chiita que calificaron de ilógico e inaceptable el cierre de la mezquita del Imán Hussein en El Cairo, y lo valoraron una señal del dominio de la ideología saudita y la extensión del discurso del Daesh.
Canales informativos libaneses criticaron la advertencia del ministerio del Interior de Bahrein, único reino árabe de mayoría chiita, de castigar posibles violaciones del orden por parte de quienes realizaron el ritual, intimidándolos con gran despliegue policial.