Cuba aboga por diálogo constructivo entre Latinoamérica y Europa, sin injerencias ni discriminaciones
El Primer Vicepresidente de Cuba, Miguel
Díaz-Canel, quien se encuentra en esta capital para participar en la II Cumbre
de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión
Europea (UE) subrayó la existencia de diferencias y desafíos comunes entre
América Latina y el Caribe y Europa y abogó por un diálogo constructivo entre
ambas regiones.

Hace mucho tiempo Europa propuso una
relación igualitaria con los países de América Latina y el Caribe, pero
realmente nunca hemos llegado a esa condición de igualdad, expresó en
declaraciones a Prensa Latina.
Por lo tanto, señaló, cada vez las
asimetrías y las diversidades en el desarrollo son mayores. También hay puntos
de vista diferentes de cómo los países europeos y latinoamericanos y del Caribe
vemos los elementos alrededor del desarrollo, sobre todo las políticas a
implementar para lograrlo.
A su juicio, la Cumbre es un espacio
para revisar y proponer qué alcanzar y cómo perfeccionar toda esta relación.
"Estamos en un momento en el que se aprecia que hay mayor voluntad
política desde los países europeos para tener un diálogo de respeto, no
injerencista, no discriminatorio hacia las naciones de América Latina y del
Caribe".
En opinión del dirigente cubano, existen
las capacidades para abordar en una agenda y en un diálogo político y de
cooperación, temas como el desarrollo sostenible, las problemáticas sociales,
la salud, la seguridad ciudadana, los temas migratorios, la lucha contra la
droga, cómo avanzar en un intercambio científico-técnico, educacional, la
salud, los problemas de cambio climático y medio ambiente.
Todo esto hay que tomarlo en cuenta sin
soslayar la deuda histórica que tiene los países europeos con América Latina y
el Caribe. Esperamos poder llegar a un diálogo que permita poder tener un
programa más real en eso que se ha llamado la alianza birregional, precisó.
Díaz-Canel reiteró que tanto la Celac
como Cuba asisten a la Cumbre con una posición constructiva de diálogo, siempre
que se respete su soberanía y que no haya injerencia en sus asuntos internos.
