El mercado iraquí de Al-Saffarin
Durante siglos, los artesanos iraquíes fabricaron disímiles piezas que llegaron a diferentes países e hicieron de Al-Saffarin un destino para los turistas. Sin embargo, la situación actual es un tanto diferente…
Al-Rasheed, una de las calles más antiguas de la capital iraquí, Bagdad, se caracteriza por sus grabados de cobre, procedentes del mercado del mismo material, o del mercado de Al-Saffarin, como se le llama en dialecto iraquí.
Algunos de los sonidos del sitio surgen, precisamente, con el proceso de templado del metal, que permite la fabricación de utensilios domésticos como teteras, cucharas, marcos de fotos y faroles con adornos.
Grabado en cobre
El grabado en cobre es una de las artes del patrimonio iraquí y evoca una larga historia que se remonta a la era abasí.
Los iraquíes heredaron dicho oficio y lo hicieron unido a sus nombres, por lo cual distinguieron el título de Al-Saffar o Al-Saffarin (relativo al metal de cobre).
En la antigüedad, estas tiendas eran un centro de exhibición de ollas y diversos trabajos artesanales, cuya fragancia mezclaba arte y belleza. Con el paso del tiempo, sus productos llegaron a disímiles países árabes.
El mercado de Al-Saffarin
Ubicado en la orilla oriental del río Tigris, en el centro de la antigua Bagdad, el mercado de Al-Saffarin es el espacio donde trabajan los artesanos que heredaron el oficio de sus padres y abuelos.
Desde las esquinas de la larga calle, la sinfonía de cinceles y martillos resuena ininterrumpidamente hasta las horas de la noche, pues el trabajo se divide en diferentes etapas de producción.
Hay quienes golpean una pieza de cobre para que tome la forma deseada, y hay quienes la graban con el martillo y el cincel; en cambio, otros se especializan en diseñar las decoraciones grabadas en las planchas.
A lo largo de los años, el lugar se convirtió en un destino para comprar productos tradicionales iraquíes. En consecuencia, el mercado era visitado por delegaciones extranjeras e interesados en asuntos artísticos y culturales.
La historia del sitio se remonta al siglo XIII después de Cristo a la época del Califato Abasí, concretamente, a la era del califa al-Mustansir Billah (1226-1242), quien ordenó el establecimiento de varios mercados especializados.
En el camino hacia el fin
Tras distinguirse durante siglos como un símbolo de Bagdad, el escenario actual es un tanto diferente.
Ello se debe, sobre todo, a la falta de cobre en el mercado, la conquista de las industrias del cobre importado, la negligencia del gobierno y la falta de turistas, además de la tendencia de algunos comerciantes a importar algunos materiales que compiten con el cobre, como la cristalería.
Hoy la amplia calle se ha reducido a 24 o 25 tiendas. La profesión ya no es económicamente gratificante y no satisface las necesidades de los dueños y sus familias. Por eso, la mayoría de los artesanos cambiaron sus trabajos y vendieron su espacio a comerciantes de telas que se convirtieron en la gran mayoría del mercado.
A pesar de esta situación y del abandono de muchos, unos pocos artesanos se mantienen fieles a su profesión e intentan abrirse nuevas salidas y horizontes.