La Casa Blanca entrega a Somalia millones en armas
Estados Unidos anunció un paquete de asistencia militar de 9 millones de dólares al gobierno somalí con sede en Mogadishu. La administración de Joe Biden espera que el ejército somalí use las armas contra al-Shabaab.
Una declaración del Comando África de Estados Unidos el domingo pasado informó que el paquete incluye armas pesadas y otros equipos. “Armas pesadas, el equipo incluye vehículos de apoyo y construcción, kits de desactivación de artefactos explosivos, suministros médicos y equipo de mantenimiento para vehículos y armas”.
AFRICOM explicó que las armas ya están en manos del ejército somalí. “La mayoría de los suministros ya están en camino a los estados de Hishabelle y Galmudug para apoyar a las tropas del SNA”, indicó el comunicado de prensa.
El ministro de Defensa somalí, Abdulkadir Mohamed Nur, afirmó que Mogabishu necesitaba desesperadamente las armas. “Este apoyo llega en un momento crítico para nuestras fuerzas a medida que aumentamos sus capacidades para combatir a al-Shabaab”, dijo.
Mogadishu solo controla una pequeña parte de las fronteras internacionalmente reconocidas de Somalia. El objetivo principal del gobierno es el grupo insurgente al-Shabaab, que controla gran parte de las regiones del sur del país.
Estados Unidos afirma que al-Shabaab es un grupo terrorista que puede ser atacado en virtud de la Autorización para el uso de la fuerza militar de 2001. Sin embargo, al-Shabaab llegó al poder después de que Washington presionara a Etiopía para que invadiera Somalia en 2006. El grupo ha limitado sus acciones militares al Cuerno de África y no ha representado una amenaza para el territorio estadounidense.
El informe de derechos humanos del Departamento de Estado sobre Somalia encontró abusos gubernamentales sustanciales, incluidos los cometidos por sus militares. “Cuestiones significativas de derechos humanos incluyeron informes creíbles de: ejecuciones ilícitas o arbitrarias, incluidas ejecuciones extrajudiciales, por parte de las fuerzas gubernamentales; tortura y tratos crueles, inhumanos o degradantes por parte del gobierno; arresto o detención arbitrarios; presos o detenidos políticos; serios problemas con la independencia del poder judicial; abusos graves en un conflicto, incluidos daños a civiles supuestamente ilegales o generalizados, desapariciones forzadas o secuestros, tortura y abusos físicos o castigos, y reclutamiento o uso ilegal de niños soldados…”, afirma el informe.
En agosto de 2017, una operación militar somalí apoyada por EE. UU. mató a diez civiles. Los casquillos de munición encontrados en el lugar de la masacre sugieren que las fuerzas estadounidenses también dispararon contra los civiles. En octubre, un hombre de ese pueblo llevó a cabo un atentado suicida que mató a más de 600 personas en Mogadiscio. The Guardian identificó la masacre como la posible motivación del ataque.
En el primer año de la administración del presidente Joe Biden, la Casa Blanca hizo retroceder la guerra de drones de Donald Trump en Somalia. La Casa Blanca de Biden también revocó una de las decisiones políticas finales de Trump al redesplegar 500 soldados en Somalia a principios de 2022.