Estados Unidos pierde influencia en Irak
Según Michael Rubin, becario residente en el American Enterprise Institute (AEI), es cierto que la influencia de EE.UU. ha disminuido con su presencia militar, pero los diplomáticos que han trabajado sucesivamente en Irak se han quejado por la falta de recursos y consideran que las pequeñas inversiones ahorran dinero a largo plazo al evitar futuras intervenciones militares.
Hoy existe una batalla por la influencia en Irak e Irán está ganando, precisa un informe difundido en el portal digital National Interest.
El artículo de Michael Rubin, becario residente en el American Enterprise Institute (AEI), trata sobre el estado de la diplomacia estadounidense en Irak.
El autor señala que es cierto que la influencia de EE.UU. ha disminuido con su presencia militar, pero los diplomáticos que han trabajado sucesivamente en Irak se han quejado por la falta de recursos y consideran que las pequeñas inversiones diplomáticas ahorran dinero a largo plazo al evitar futuras intervenciones militares.
De acuerdo con el texto, las restricciones del gobierno iraquí a los estadounidenses aumentan. El primer ministro Adel Abdul Mahdi no solo eliminó muchos muros explosivos y puntos de control en la Zona Verde, donde la embajada de EE.UU. estranguló a Bagdad, sino que también levantó las restricciones para viajar al aeropuerto.
"Lo que es seguro –opina Rublin– es que a la mayoría de los diplomáticos estadounidenses no se les permite salir del complejo de la embajada. Muchos contratistas estadounidenses están sujetos a restricciones de seguridad similares y no pueden abandonar el Hotel Babylon Rotana, mientras que la mayoría de los diplomáticos iraníes y turcos deambulan libremente".
El artículo agrega que los críticos de la política estadounidense en Irak pueden culpar al presidente George W. Bush y a la guerra en Irak por empoderar a Irán en la zona, pero ello sería una simplificación excesiva.
En opinión de Rublin, si Estados Unidos pierde Irak debido a la influencia iraní, obedece a las políticas de seguridad interna del Departamento de Estado y la incapacidad del gobierno de Estados Unidos para beneficiarse de sus propias acciones para aumentar su influencia, que no es pagado por las sucesivas administraciones y legisladores estadounidenses.