El Líbano recibió el Año Nuevo con una renovada protesta antigubernamental concentrada hoy en plazas céntricas y cercanas al Parlamento y Palacio de Gobierno, según reporta Prensa Latina.

Miles de personas esperaron el año acampadas en esos lugares y coreaban o gritaban consignas con demandas contra la elite política gobernante, a la cual achacan la actual crisis económica y financiera del país.

Los manifestantes se concentraron en las plazas de Riad al-Solh y cubrieron las conexiones hasta la de los Mártires, con banderas libanesas, lanzaron bengalas y cantaban, "revolución, revolución, revolución".

Ese es el término que la desobediencia civil acuñó a la sublevación popular iniciada el 17 de octubre último que no cede en energía y obligó a la renuncia del primer ministro Saad Hariri y su equipo gubernamental.

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La bienvenida del año también la acompañaron festividades al aire libre en las norteñas ciudades de Tripolí y Akkar y la nororiental de Baalbeck.

Un informe de las fuerzas del orden precisó que al menos dos personas resultaron heridas en Trípoli por balas perdidas de disparos de celebración, una práctica común, pese a advertencias de su peligrosidad.

En los barrios beirutíes, la protesta se caracterizó por sonidos de golpes de ollas, sartenes y otros objetos.

Los cambios en el Gabinete siguen sin concretarse y lo más cercano, la designación el pasado 19 de diciembre del primer ministro Hassan Diab, quien intenta formar un Gobierno de expertos, continúa en dificultades por la negativa de cuatro partidos a participar.

El jefe saliente del Ejecutivo y del partido Corriente Futura, Saad Hariri, rechaza incorporarse a la próxima versión gubernamental, al igual que Fuerzas Libanesas, Kataeb y Partido Socialista Progresista, todos con presencia en el Congreso.