Fuerzas yemenitas celebran ataque iraní contra EE.UU.
La respuesta iraní y la promesa de más ataques contundentes en caso de otra estupidez, se encuentra “entre los factores disuasorios más destacados”, expresó el presidente del Comité Supremo Revolucionario yemenita, Muhammad Ali al-Houthi.
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Fuerzas yemenitas celebran primera venganza iraní contra EE.UU.
El movimiento popular yemenita, Ansar Allah, celebró el ataque iraní contra EE.UU., primera acción en venganza por el asesinato del general Qasem Suleimani.
En un comunicado difundido este miércoles, el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán confirmó “los fuertes ataques misilísticos” contra bases estadounidenses en Iraq, en represalia por el asesinato del teniente general Qasem Suleimani, en un atentado perpetrado por órdenes directas de Donald Trump.
El presidente del Comité Supremo Revolucionario yemenita, Muhammad Ali al-Houthi, aprovechó la ocasión para resaltar que “las armas estadounidenses” que matan a los yemenitas y sus cazas que bombardean a los niños, las mujeres, los hombres, los abogados y los médicos en Yemen, “son los que mataron también al general Suleimani y al subcomandante de las Unidades de Movilización Popular de Iraq (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe), Abu Mahdi al-Muhandis.
Sin embargo, la respuesta iraní y la promesa de más ataques contundentes en caso de otra estupidez, se encuentra “entre los factores disuasorios más destacados”, añadió Al-Houthi.
Al respecto, el canciller de Irán, Mohammad Javad Zarif, dejó claro que Irán no busca “una escalada de tensiones ni guerras, pero se defenderá a sí mismo ante cualquier agresión”.
Subrayó que el ataque se encuentra entre las “medidas apropiadas” y avaladas por el derecho internacional, según se define en el artículo 51 de la Carta Magna de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En el aludido artículo se lee: “Ninguna disposición de esta Carta menoscabará el derecho inmanente de legítima defensa, individual o colectiva, en caso de ataque armado contra un miembro de las Naciones Unidas, hasta tanto que el Consejo de Seguridad haya tomado las medidas necesarias para mantener la paz y la seguridad internacionales”.
El alto estratega iraní era “una piedra en el zapato” de EE.UU. y sus aliados por haber contribuido, en gran medida, a la erradicación del grupo terrorista Daesh en Iraq y Siria, entre otros complots que habían urdido para la región, rica en reservas naturales, entre ellas el petróleo.
Por esta razón, EE.UU. se encargó en persona de la eliminación del teniente general Suleimani y asumió, con gran orgullo, su asesinato.