Amenaza climática se suma a pandemia de coronavirus
Los expertos pronostican una activa temporada de huracanes en el Atlántico en 2020 lo que suma otros temores a poblaciones de América Latina, el Caribe y Estados Unidos, que ya enfrentan los efectos mortíferos de la pandemia de la Covid-19.
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Pronostican activa temporada de huracanes en el Atlántico en 2020.
Los expertos pronostican una activa temporada de huracanes en el Atlántico en 2020 lo que suma otros temores a poblaciones de América Latina, el Caribe y Estados Unidos, que ya enfrentan los efectos mortíferos de la pandemia de la Covid-19.
Expertos de una compañía de pronóstico del tiempo con sede en Atlanta, Estados Unidos, que es propiedad de IBM, predicen un total de 18 tormentas con nombre –nueve de ellas huracanes– en la temporada que comienza el 1 de junio.
La proyección es más alta que el promedio normal de 12 tormentas con nombre, incluyendo seis huracanes, determinado por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos, algo alimentado entre otras cosas por las temperaturas oceánicas muy cálidas en los trópicos.
Los meteorólogos suponen que cuatro de los huracanes pronosticados por el Canal del Tiempo sean "huracanes importantes" de Categoría 3 o superior, con vientos sostenidos de al menos 178 kilómetros por hora.
Otros avezados en el tema también alertan sobre una actividad por encima de lo normal para el año, incluidos los pronosticadores de la Universidad Estatal de Colorado en Fort Collins y la Universidad de Arizona en Tucson, así como un consorcio de expertos en riesgos conocido como Riesgo de Tormenta Tropical en el University College London.
Ellos basan sus teorías en las temperaturas muy altas de la superficie del mar, o TSM, en el Océano Atlántico tropical como una razón clave de la actividad prevista. El aire húmedo y caliente que se evapora del océano actúa como combustible para los huracanes, bombeando agua a la atmósfera que luego es arrastrada más alto por los vientos convergentes hasta que llueve, liberando más calor e impulsando el ciclo hacia adelante.
Mientras se vislumbran nuevos peligros, la pandemia de la Covid-19 causa ya miles de muertos en esta región del planeta y pocos se atreven a predecir cuándo finalizara, más cuando algunos gobiernos como el de Estados Unidos arriesgan la vida de sus pobladores al levantar las restricciones de aislamiento social.
La pandemia sumada a ciclones y huracanes es una mezcla mortal que solo medidas eficaces y la solidaridad entre los pueblos y estados puede enfrentar, indican comentaristas internacionales.
Mientras la guadaña se mantiene en lo alto, en Estados Unidos la preocupación por el cambio climático y sus efectos, entre ellos el número y potencia de los huracanes, alcanza niveles nunca vistos, en especial entre los demócratas.
Una investigación del Pew Research Center asegura que más estadounidenses opinan que el cambio climático es una gran amenaza más que en 2009.
Mientras el presidente Donald Trump dice que el cambio climático es un “invento” y desconoce los estudios científicos sobre el tema, incluso los financiados por el gobierno, la proporción de estadounidenses que dicen que el cambio climático global es una gran amenaza para el bienestar de los Estados Unidos creció del 44 por ciento en 2009 al 60 por ciento este año.
Alrededor de nueve de cada diez demócratas (88 por ciento, incluyendo a los independientes que se inclinan por el partido) consideran ahora que el cambio climático es una gran amenaza para la nación, un aumento de 27 puntos porcentuales desde una encuesta de 2009, según el sondeo de Pew realizado del 3 al 29 de marzo.
La pesquisa evidenció que pese a los peligros previstos, republicanos y demócratas están profundamente divididos en cuanto a si el cambio climático debe ser una prioridad principal, mientras más estadounidenses dijeron que lidiar con el fenómeno global debería ser una prioridad para el Congreso y el presidente.
En encuestas realizadas por el Centro Pew a finales de 2019 y principios de 2020, el 88 por ciento de los votantes demócratas registrados dijeron que las leyes y regulaciones ambientales más estrictas valen la pena.
Mientras apenas alrededor de cuatro de cada diez votantes registrados republicanos (37 por ciento) dijeron lo mismo. El 61 por ciento de los votantes republicanos dijeron que esas leyes ambientales cuestan demasiados empleos y perjudican la economía.
Eso muestra el gran contraste existente en Estados Unidos, donde Trump y sus seguidores ponen la reanudación de la economía en época de pandemia por encima de la vida de millones de personas.