A pesar de las medidas represivas tomadas contra ellos, los bahreiníes volvieron a protagonizar nuevas protestas en las calles, denominadas "Viernes de la Resistencia a la normalización".

Los manifestantes portaron banderas palestinas y corearon consignas contra la normalización y en apoyo a Palestina. También levantaron  pancartas que describían la normalización como una traición y que rechazaban la sumisión, la humillación y la rendición a los dictados de Estados Unidos y sus aliados.

En el mismo contexto, el Partido del Movimiento Popular de Túnez indicó que el Gran (Israel) podría convertirse en un hecho consumado debido al actual escenario de la normalización, y por la total lealtad a la entidad de ocupación a la manera emiratí, bahreiní y sudanesa.

Asimismo, llamó a las facciones palestinas a declarar una resistencia popular integral y a consagrar la opción a la liberación total y liquidar la presencia sionista como un enfoque estratégico inevitable para preservar la existencia y la autodeterminación.

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También pidió a las masas árabes que "se levanten para evitar la liquidación de la causa palestina ".

Señaló que "la junta militar gobernante en Sudán abandonó los derechos del pueblo palestino y la seguridad del pueblo sudanés a cambio de promesas de aliviar las restricciones económicas”.

Asimismo, la Secretaría General del Congreso Nacional Árabe calificó el acuerdo de normalización entre Sudán e (Israel) como una gran vergüenza.

A su vez, el Congreso Nacional Islámico condenó el acuerdo sudanés con la entidad israelí, y describió la medida como una puñalada a la causa palestina.

Por su parte,  manifestantes sudaneses también quemaron banderas israelíes durante las proyestas contra el acuerdo de normalización. Además, condenaron la actuación del actuación del jefe del Consejo de Soberano de Sudán, Abdel Fattah al-Burhan.

Estas protestas se producen después que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara la normalización de relaciones entre Sudán e (Israel).