Turquía se convierte en actor clave en el tablero de Medio Oriente
Ankara refuerza su influencia regional al lograr que Hamas acepte el plan de Trump, mientras “Israel” y rivales árabes observan con recelo.
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Donald Trump y RecepTayyip Erdogan durante la cumbre para poner fin a la guerra de Gaza, celebrada en Sharm el-Sheikh, Egipto, el 13 de octubre de 2025. (Foto: Reuters)
Las relaciones de Turquía con Hamas, antes consideradas una carga en Washington, se han transformado ahora en un activo geopolítico.
Al convencer a Hamas de aceptar el acuerdo de Trump para Gaza, Turquía ha reafirmado su papel en Oriente Medio, lo que genera preocupación en “Israel” y en varios países árabes.
Inicialmente reticente al ultimátum del presidente de Estados Unidos —liberar a los rehenes israelíes o continuar la devastación— Hamas cedió solo cuando Turquía, país al que considera padrino político, les instó a aceptar.
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El presidente turco Recep Tayyip Erdogan firmó junto Trump el documento del acuerdo en el marco de la cumbre de Sharm el‑Sheikh, lo que catapultó la ambición turca de recuperar un rol central en la región.
Implicaciones bilaterales entre Turquía y EE. UU.
Este giro diplomático ofrece a Turquía nuevos márgenes de maniobra en sus relaciones con los Estados Unidos, según varias fuentes.
Analistas señalan que Ankara buscará aprovechar este buen entendimiento para desbloquear ventas de los cazas F‑35, el levantamiento de sanciones estadounidenses y avanzar en sus objetivos de seguridad en Siria.
Turquía asumió un papel activo tras la visita de Erdogan a la Casa Blanca, su primer encuentro en seis años, donde se inició un recalibrado diplomático entre ambas potencias.
Reacción de “Israel” y los estados árabes
El protagonismo creciente de Turquía en el acuerdo de Gaza ha generado malestar en “Israel” y en países árabes como Egipto, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, que veían con recelo los ambiciosos objetivos regionales del mandatario turco.
Un comentarista político árabe describió: “Erdogan es un maestro en ampliar su influencia, aprovechar eventos y atribuirse el mérito de ellos.”
Mientras que Turquía y los estados árabes comparten el interés en poner fin a la guerra en Gaza, para esos últimos la presencia dominante de Turquía trae a la memoria la historia del dominio otomano sobre varios países de la región.
Aunque el acuerdo fue firmado y Turquía participa en la supervisión del alto al fuego, persisten dudas sobre su aplicación pues Hamas todavía no se compromete plenamente a desarmarse, “Israel” exige pasos claros para garantizar que el grupo no vuelva a representar una amenaza; y
Turquía se propone también contribuir en la reconstrucción de Gaza y participar en la estabilización del enclave.