China responderá a injerencia de EE.UU. en Taiwán y Hong Kong
China reafirmó este martes su determinación a responder de forma contundente a acciones injerencistas de Estados Unidos en temas sensibles como Taiwán, Hong Kong y el Tíbet, tras exigirle dejar de tensar los lazos bilaterales.
Hua Chunying, vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores, deploró en rueda de prensa la nueva venta de armas a Taipéi, la aprobación de sanciones contra 14 legisladores, la ley que permitirá a opositores hongkoneses vivir y trabajar en suelo norteamericano y acusaciones por la supuesta destrucción de la cultura tibetana.
En los primeros dos casos, aseguró que Beijing procederá con las medidas necesarias para defender su soberanía pues Washington, además de insistir en la injerencia, viola las normas básicas que rigen los nexos internacionales.
Respecto al tercer punto, denunció que se trata de otra muestra de la hipocresía de la Casa Blanca porque utiliza la democracia y libertades en Hong Kong como argumento para contener y hostigar a China.
Incluso, cuestionó cómo la administración del presidente Donald Trump puede preocuparse y hasta ofrecer 'ayuda humanitaria' a individuos del territorio chino, cuando no logra controlar los enfermos y muertes masivas por Covid-19 entre sus propios habitantes.
'Esta acción expone las siniestras intenciones de Estados Unidos de entrometerse en los asuntos internos de China, desestabilizar Hong Kong y obstaculizar la estabilidad y desarrollo del país', acotó.
Asimismo, Hua deploró los señalamientos hacia su Gobierno y la manipulación política con el objetivo de destruir el progreso del Tíbet.
'Es absurdo decir que China está erradicando las lenguas, culturas y religiones de las minorías étnicas. Hoy en día, casi 200 millones de ciudadanos de los grupos étnicos son religiosos y más de 380 mil clérigos han traducido y publicado libros en distintos idiomas', añadió.
Exigió, finalmente, que Washington deje de utilizar como peón la situación en el Tíbet y se abstenga de apoyar cualquier actividad separatista en dicha región, tras advertirle de contramedidas en defensa de los intereses y autoridad allí.
Observadores coinciden en que esos movimientos son parte de la ofensiva de Trump en el final de su mandato para aumentar la presión sobre China e impedir que su sucesor, Joe Biden, depure los vínculos bilaterales de confrontación.