“Las vacunas nos dan esperanzas, pero su distribución ha sido una farsa”, dijo Biden en una conferencia de prensa el viernes desde Wilmington, Delaware. Más temprano, en la misma jornada, el líder demócrata había manifestado que la distribución de las dosis será “el mayor reto operacional” que enfrentará su Gobierno.

Las dos vacunas autorizadas en Estados Unidos son la de Pfizer-BioNTech y la de Moderna, que los beneficiarios deben recibir una segunda dosis en tres o cuatro semanas.

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Según la cadena estadounidense CNN, el futuro Gobierno de Biden quiere distribuir todas las dosis disponibles de vacunas contra la Covid-19, en lugar de guardar la mitad para las segundas inyecciones de los vacunados.

Al eliminar la obligación de retener la mitad de las reservas, las autoridades norteamericanas esperan un aumento en el número de las personas vacunadas en el país, sin embargo, los retrasos en inyectar la segunda dosis reduciría el nivel de protección individual, por eso, la agencia reguladora de medicamentos de Estados Unidos (la FDA) y el director del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas, Anthony Fauci, se han opuesto.

“Si el presidente electo propone una distribución de las vacunas, a sabiendas de que no habría disponible una segunda dosis, esa decisión carece de fundamento científico o en los datos”, advertió Michael Pratt, un portavoz de la Operación Warp Speed, la campaña organizada por la Casa Blanca y el Pentágono para acelerar la campaña de inmunización.

Conforme a los últimos datos proporcionados por el portal Worldmeter, hasta la fecha, en EEUU, se han registrado más de 22 millones de casos de contagios y más de 370 mil decesos por la Covid-19, una cifra que coloca a este país en el primer lugar en la lista del número de infectados.