El Ejército dijo en un comunicado de hoy sábado que "decomisará todas las cantidades de gasolina que sean incautadas, y que se distribuirá directamente a los ciudadano”.

También llamaron a "lanzar redadas a las casas de los funcionarios" que, según ellos son responsables de la corrupción en el país.

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Las Fuerzas de Seguridad Interna también dijeron: "No permaneceremos con los brazos cruzados  ante lo que está sufriendo el ciudadano como consecuencia de la crisis del combustible".

La declaración del ejército fue precedida por una declaración del presidente libanés, Michel Aoun, a una delegación de jóvenes, en la que manifestó que "las difíciles circunstancias por las que atraviesa el Líbano son el resultado de políticas financieras equivocadas", destacando que "el camino para formar el próximo el gobierno va por buen camino", con la esperanza de que "el humo blanco aparezca pronto”.

Después de la decisión de levantar los subsidios a los combustibles en el Líbano, el gobernador del Banco Central, Riad Salameh, declaró hoy sábado que "los comerciantes son responsables de desembolsar los bienes de manera irracional".

Desde el verano de 2019, El Líbano está sufriendo un colapso económico sin precedentes que el Banco Mundial ha clasificado como uno los peores del mundo desde 1850.