Derrota de Biden en el senado
Los republicanos bloquearon la propuesta de presupuesto del Gobierno. Lo que estaba en juego era la suspensión del límite de la deuda federal hasta 2022 y la ampliación de fondos para financiar la administración hasta el 3 de enero.
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Derrota de Biden en el senado.
Los republicanos del Senado bloquearon un proyecto de ley para ampliar el límite de la deuda federal, en un momento en el que Estados Unidos -como muchos otros países- está sumido en una crisis económica como consecuencia de la pandemia de la Covid-19
Esta votación se convierte en una derrota, al menos momentánea, para los ambiciosos presupuestos de Joe Biden. Lo que estaba en juego era la suspensión del límite de la deuda federal hasta 2022 y la ampliación de fondos para financiar el Gobierno de Biden hasta el 3 de enero.
Asimismo, incluía ayuda de emergencia para apoyar a los refugiados afganos y para la gestión de situaciones de crisis. Una propuesta que la Cámara Baja, dirigida por la demócrata Nancy Pelosi, ya aprobó la semana pasada pero que en el Senado ha estado lejos de alcanzar los 60 votos necesarios para salir adelante.
La votación se saldó con 50 votos en contra y 48 a favor. Ante este panorama, el líder de la Mayoría demócrata, Chuck Schumer, cambió su voto a "no" para poder lanzar un procedimiento que permite volver a someter a votación la propuesta, algo que se espera que suceda el jueves.
Schumer manifestó en las redes sociales que"Trump acumuló cerca de 8 billones de dólares en deuda. En lugar de pagar sus deudas, los republicanos del Senado votaron a favor de incumplirlas (...) Serán las personas y las familias las que paguen el precio de esta decisión. Tomaremos más medidas esta semana para elevar el techo de la deuda y evitar daños económicos".
En tiempos de Trump los republicanos de la bancada votaron a favor de ampliar el límite de la deuda, ahora argumentan que pasar la ley es tarea de los demócratas, que tienen mayoría tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado.
"No proporcionaremos votos republicanos para elevar el límite de la deuda", dijo el senador Mitch McConnell, líder de la Minoría del Senado, algo que ya había advertido meses atrás.
El mandatario, dijo a los periodistas, "Ya me conocen, soy un optimista nato (...) Vamos a conseguirlo”.
Pero lo cierto es que el tiempo se le está acabando a la Administración Biden. Tendrán que volver a intentar que la Cámara Alta apruebe su proyecto de ley antes del jueves 30 de septiembre a medianoche, fecha límite por ser el fin del año fiscal en el país.
Su Ejecutivo tiene mucho en riesgo con este movimiento. Si los presupuestos consiguen salir adelante, sería un logro histórico, pero si por el contrario quedan estancados, sería un duro golpe para la presidencia del demócrata.
El ambicioso programa de presupuestos de Biden, conocido como Build Back Better no solo genera reticencia entre los republicanos, sino que también ha causado profundas divisiones dentro de la formación demócrata.
Dentro del Partido Demócrata son dos reformas las que generan fricciones: un plan de gasto social y proyecto de ley sobre el cambio climático de 3,5 billones de dólares, y un plan de infraestructuras
-una política bipartidista, es decir, apoyada también por los republicanos- valorada en 1,2 billones de dólares.
El ala más izquierdista de los demócratas ha advertido de que no apoyará la propuesta de infraestructura a menos que salga adelante el plan de gasto social, que los más moderados de esa formación han criticado por su alcance y tamaño.
Con el tiempo en contra, el plan de infraestructuras se someterá también a votación el jueves en el Senado, según anunció el 26 de septiembre Nancy Pelosi. Eso significa que, a lo largo de la semana, las dos facciones del partido se tendrán que poner de acuerdo si quieren sacar adelante esa política.
Los presupuestos del presidente Biden incluyen un abanico de reformas: desde subsidios a la educación preescolar y al cuidado de los niños para las familias con hijos pequeños, hasta cuidados dentales y audífonos para los ancianos a través de un sistema sanitario más fuerte y, sobre todo, con más inversión pública. Y, lo que el ala izquierdista demócrata considera más importante, estas reformas se cubrirán en gran parte con mayores impuestos a la gente rica y las grandes corporaciones.
Tradicionalmente, la aprobación de presupuestos ha sido un mero trámite burocrático, pero con la llegada de Joe Biden al poder y la pandemia de Covid-19 está más cerca de convertirse en un arma política.