Nueva oleada de migrantes llegó a la frontera entre México y EE.UU.
En Nuevo Laredo, una zona de alta incidencia del crimen organizado, las condiciones son adversas para los que pretenden llegar a suelo estadounidense
Centenares de migrantes, sobre todo haitianos, llegaron en los últimos días a la ciudad de Nuevo Laredo, en México, abarrotando los albergues locales que ya solicitaron ayuda para atenderlos.
Enrique Sánchez Martínez, obispo de la diócesis de Nuevo Laredo, explicó que esa es una zona de alta incidencia del crimen organizado, por lo que las condiciones son adversas para los migrantes.
Pero, dijo, al estar abiertas las puertas en Estados Unidos para recibir solicitudes de asilo, pues muchos de ellos se llegan en grandes grupos.
Estados Unidos no ha cambiado sus leyes migratorias pero la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza comenzó a aplicar en Nuevo Laredo una medida que permite la entrada de emergencia por razones humanitarias lo que atrajo a los nuevos migrantes.
Nuevo Laredo es el feudo del cártel del Noreste, escisión de los antiguos Zetas y un grupo del crimen organizado que tiene en el tráfico de migrantes uno de sus principales negocios.
Los recién llegados se unieron a otros cientos que llevan esperando hasta un año en los albergues de la ciudad, para poder gestionar sus casos ante las autoridades estadounidenses.
El año pasado cerca de 14 mil haitianos llegaron a otro recóndito lugar de la frontera con Texas, Ciudad Acuña, se asentaron en campamentos y provocaron una complicada situación en la frontera entre los dos países vecinos.
En el albergue de la Iglesia Católica de Nuevo Laredo hay unos 200 migrantes de distintas nacionalidades, a los que se unen otros tantos que llegan a dormir en el estacionamiento, explicó el Obispo que calificó la situación como una nueva “crisis humanitaria”.
Diversas organizaciones de la sociedad civil y agencias de la ONU alertan cómo el crimen organizado divulga información falsa para sus propios fines y para que los migrantes se movilicen hacia uno u otro lugar.
Las autoridades migratorias de Estados Unidos detuvieron a más de 220 mil migrantes en en la frontera con México durante marzo, el mayor registro de las últimas dos décadas, según cifras de CBP.
Además, Washington prevé eliminar a finales de mayo las expulsiones inmediatas que se pusieron en marcha al inicio de la pandemia, en marzo de 2020, algo que podría incentivar aún más el flujo migratorio irregular.
Migrantes en peligro
Alrededor de 300 migrantes centroamericanos y sudamericanos que viajaban hacia la frontera hacinados en la caja de un tractocamión, fueron interceptados por la policía en el centro del estado de Veracruz.
En el grupo, procedentes de Guatemala, Ecuador, Honduras, Nicaragua y Chile, había niños pequeños, adultos mayores y embarazadas.
Muchos presentaban con cuadros de deshidratación y tuvieron que ser atendidos por la Cruz Roja Mexicana y autoridades locales.
Igualmente, en Ciudad Juárez, Chihuahua, 18 migrantes que estaban secuestrados en un motel fueron rescatados por autoridades policiacas de esa frontera y sus captores fueron arrestados.