Biden considera posibilidad de cancelar restricciones a la venta de armas a Arabia Saudita
Altos funcionarios saudíes han estado presionando a sus homólogos estadounidenses para que supriman la política que solo permite la venta de armas defensivas, reiterada en varias reuniones entre Riad y Washington a lo largo de varios meses.
El gobierno de Biden está discutiendo la posibilidad de levantar su prohibición sobre las ventas estadounidenses de armas ofensivas a Arabia Saudita. Sin embargo, cualquier decisión final será determinante si ese país hace progresos en el fin de la guerra en Yemen, según personas familiarizadas con el asunto.
Altos funcionarios saudíes han estado presionando a sus homólogos estadounidenses para que supriman la política que sólo permite la venta de armas defensivas, reiterada en varias reuniones entre Riad y Washington a lo largo de varios meses.
Según dos fuentes, los planes para desechar la política están en una fase inicial y son informales, mientras que un funcionario estadounidense dijo a Reuters que no había conversaciones sobre armas ofensivas con los saudíes "en este momento".
Biden, que viajará a Arabia Saudí esta semana, pretende enmendar las tensas relaciones, sobre todo por una serie de puntos de su agenda: el aumento de la producción de petróleo y los acuerdos de normalización con "Israel".
Eliminar las restricciones a la venta de armas a Arabia Saudí provocará la oposición tanto de demócratas como de republicanos que han sido críticos con Riad.
Aunque en su campaña presidencia Biden calificó a Arabia Saudí de "paria", el enfoque de su administración hacia Riad se ha suavizado desde el inicio de la guerra en Ucrania, ya que el conflicto ha obligado a Estados Unidos y a otros países occidentales a apelar a Arabia Saudí para que bombee más petróleo.
Riad, al aceptar una prórroga de dos meses del armisticio en Yemen, se ganó los elogios de Washington, que está presionando por un alto el fuego permanente.
Sin embargo, si Biden eliminara las restricciones, esto sería el detonante de una nueva debacle en el Capitolio. Su visita a Arabia Saudí, para muchos, es vista como un regalo de legitimidad al líder de facto saudí Mohammad bin Salman.