Declaraciones de canciller turco provocan malestar en oposición siria
"Tenemos que hacer que el gobierno y la oposición se reconcilien, de lo contrario no habrá una paz duradera", dijo Çavuşoğlu
Activistas en áreas controladas por las facciones de la oposición en el norte y noroeste de Siria convocaron manifestaciones masivas, en protesta por las declaraciones del ministro de Relaciones Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, en las que llamó a la "reconciliación" entre Damasco y la oposición para lograr "una paz duradera".
"Tenemos que hacer que el gobierno y la oposición se reconcilien, de lo contrario no habrá una paz duradera", dijo Cavusoglu el pasado jueves, cuyo país al comienzo del conflicto en 2011, fue uno de los más destacados partidarios de la oposición política, militar y diplomática.
Sus comentarios enfurecieron a los opositores sirios, y sucesivamente, se emitieron llamamientos para que se realizaran manifestaciones después de las oraciones del viernes en las principales ciudades del norte de Siria, como Azaz, Al-Bab, Afrin y Jarabulus, que están controladas por las fuerzas turcas y las facciones sirias leales a ellas, bajo el lema "No nos reconciliaremos".
También hubo convocatorias en la ciudad de Idlib (noroeste), que está bajo el control de Hayat Tahrir al-Sham (antes Jabhat al-Nusra) y otras facciones menos influyentes para reunirse cerca de los pasos fronterizos con Turquía.
Cavusoglu recordó el aniversario 11 del estallido del conflicto sirio, y dijo "Muchos murieron y muchos abandonaron su país. Deberían poder regresar, incluidos los que están en Turquía, y para tal fin debe haber una paz duradera".
Consideró que el proceso de Astana, auspiciada por Ankara, Moscú y Teherán, existe "para llegar a una solución mediante la diplomacia y la política en Siria".
Ankara lleva años manteniendo conversaciones con Teherán y Moscú, los más destacados partidarios de Damasco, en el marco del proceso de Astana, que pretende encontrar una salida política al conflicto, en paralelo a los esfuerzos de Naciones Unidas en Ginebra.
Cavusoglu negó la existencia de cualquier contacto directo entre el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y su homólogo sirio, Bashar al-Assad, a pesar de la demanda de Rusia al respecto, sin embargo, apuntó el reciente retorno de la comunicación entre los servicios de inteligencia de los dos países tras una suspensión.
Reveló una breve reunión que mantuvo con su homólogo sirio, Faisal Miqdad, en Belgrado en octubre, durante la cual subrayó que "una solución política es la única salida" a la crisis y destacó la necesidad de "eliminar a los terroristas".
Turquía ha amenazado desde mayo con lanzar un ataque contra dos áreas bajo el control de los combatientes kurdos en el norte de Siria, y Cavusoglu subrayó que su país "continuará su lucha contra el terrorismo sobre el terreno", en paralelo con sus esfuerzos por alcanzar una solución política.
Turquía clasifica a los combatientes kurdos que controlan una gran área en el norte y noreste de Siria como "terroristas", y teme que los rebeldes kurdos en Turquía los apoyen.
Las declaraciones de Cavusoglu provocaron una tormenta de condena entre la oposición siria. El destacado disidente político George Sabra escribió en su página de Facebook: "Si a Cavusoglu le preocupa reconciliar al 'régimen sirio', entonces es asunto suyo. En cuanto a los sirios, tienen otra causa por la que han pagado y por la que están pagando el precio más caro a alcanzar".
Las regiones sirias fueron testigos de movimientos furiosos por la noche. En la ciudad de Al-Bab, en el norte, decenas se reunieron ondeando pancartas de la oposición y coreando consignas contra Turquía.
Un fotógrafo dijo a la AFP que los manifestantes quemaron una bandera turca y quitaron las que ondeaban alrededor de al-Bab. Docenas también se reunieron cerca del cruce de Bab al-Salama con Turquía, coreando "Muerte, y no a la humillación".