El primer ministro libio, designado por la Cámara de Representantes, Fathi Bashagha, acusó al jefe del Gobierno de Unidad Nacional, Abdel Hamid Dabaiba, de "obstruir la celebración de las elecciones".

Además destacó la legitimidad de su gobierno, que "se ha ganado la confianza de la Cámara de Representantes y del Consejo Supremo de Estado".

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Bashagha dijo en una reunión con varios figuras de la región occidental en la ciudad de Misurata, ayer sábado, que "siete millones de libios incluida la gente de la capital están esperando que su gobierno ingrese a Trípoli para recibir su sede", y agregó que "los que apoyan al gobierno de Dabaiba son una minoría que se pelea por sus intereses personales.

El primer ministro reiteró su deseo de "entrar en la capital, pacíficamente, para no derramar sangre", y señaló que "está dispuesto a usar la fuerza de las armas si los que apoyan a Dabaiba recurren a eso", según el canal libio 24.

Asimismo, llamó a que estén "en fila" con él en esta etapa, que describió como una "bisagra en la historia del país", y describió la situación en Libia, bajo el gobierno de unidad nacional, como "muy mala".

Hace unos días, el portavoz oficial del gobierno Othman Abdel Jalil, confirmó que "siguen esforzándose por tomar la sede del gobierno en la capital, Trípoli".