¿Uranio empobrecido a Kiev? La "pobreza" tocará otras puertas
La portavoz de la cancillería de Rusia, María Zajárova, alertó sobre las consecuencias de entregar municiones contaminantes a Ucrania, uno de los productores de granos más importantes de Europa y el mundo.
La portavoz de la cancillería de Rusia, María Zajárova, alertó sobre las consecuencias para toda Europa y el mundo de entregar municiones con uranio empobrecido a Ucrania como una vía de presionar a Moscú.
En entrevista con la agencia rusa Sputnik, Zajárova criticó los planes de Reino Unido de suministrar tales proyectiles a Kiev para dispararlos desde sus tanques Challenger, porque al explotar esa sustancia radiactiva impregnará todo el ecosistema, y habrá consecuencias para la humanidad también, a corto o largo plazo.
Sputnik citó al diario estadounidense The Wall Street Journal, según el cual la Casa Blanca pudiera aprobar esa oferta de Londres, y sumarse a ella.
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En el marco del Foro Económico Internacional de San Petersburgo, la portavoz rusa alertó sobre el peligro de contaminación también para el grano ucraniano, del cual se alimenta buena parte del mundo.
A pesar de la gravedad del conflicto bélico ruso-ucraniano, Occidente y varios organismos internacionales intercedieron en varias ocasiones para garantizar la exportación del cereal de Ucrania hacia países que dependen de ello para subsistir, sobre todo en África.
En el afán de perjudicar a Rusia, los proyectiles contaminarán esos cultivos, y afectarán también a otras muchas naciones, advierte una parte de la comunidad científica.
Zajárova reflexionó sobre la indiferencia de Estados Unidos hacia ese peligro, pues seguro se cree a salvo de la radiactividad en el otro continente.
En marzo pasado, el Reino Unido anunció planes para iniciar la transferencia de ese tipo de armamento a Ucrania, junto con tanques Challenger 2.
Sin embargo, en abril trascendió el envío de municiones con uranio enriquecido para uso del ejército y sin supervisión de Londres, admitió el ministro de las Fuerzas Armadas británicas, James Heappey.