China introducirá a partir del 10 de enero la primera regulación de su tipo para el uso de la tecnología de síntesis profunda, conocida como “deepfake”, según informó CNBC.

La nueva ley prohíbe la utilización de esta técnica para difundir noticias falsas, poner en peligro la seguridad nacional o crear fraudes financieros. 

A través del empleo de la inteligencia artificial, las falsificaciones profundas suplantan de forma muy realista los archivos de imágenes o audios de los protagonistas de los contenidos por los de otras personas.

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Así, por ejemplo, cambian la cara de un político sobre un video existente o incluso crean un discurso falso. 

Los expertos señalan que la tecnología de síntesis profunda no es del todo mala, pues tiene algunas aplicaciones positivas en áreas como la educación y la atención médica.

Desde finales de 2020, el gigante asiático introduce un orden regulatorio para legislar la protección de los datos y el uso de los algoritmos de recomendación.

Sin embargo, a nivel global aún no hay claridad sobre la legitimidad del empleo de archivos de otras personas sin un consentimiento previo.