Descifran la ubicación de la tumba de Platón
Técnicas innovadores como los rayos X, la tomografía y la microscopía digital posibilitaron la interpretación del 30 por ciento del rollo dedicado al sitio.
Solo algunas palabras bastaron para revelar uno de los grandes misterios de la arqueología: la localización de la sepultura de Platón.
La relectura de los papiros de Herculano con nuevas herramientas brindó certeza sobre el lugar exacto donde los antiguos griegos enterraron al filósofo.
Hasta ahora, los científicos asociaban el sitio a la Academia de Atenas, pero gracias al análisis supieron de un jardín reservado para él en ese centro, cerca del llamado Museion o sacellum, dedicado a las musas.
Así lo destacó esta semana el papirólogo Graziano Ranocchia, de la Universidad de Pisa, al presentar la primera fase del proyecto llevado cabo por el Consejo Nacional de Investigaciones Italiano en la Biblioteca Nacional de Nápoles.
Cada uno de los textos analizados sufrió graves daños durante la erupción del Vesubio en el año 79 después de Cristo en Herculano.
Los rollos pertenecían a un patricio romano, familiarizado con Julio César y propietario de la única colección privada de filosofía epicúrea sobreviviente hasta la actualidad.
Técnicas innovadores como los rayos X, la tomografía y la microscopía digital posibilitaron la interpretación del 30 por ciento del rollo dedicado a la Academia.
Según el análisis, el filósofo resultó vendido como esclavo a en la isla de Egina quizás ya en el año 404 antes de Cristo, cuando los espartanos conquistaron este territorio, o, en caso contrario, en el 399, después de la muerte de Sócrates.
De igual forma, repasaron el episodio de La última noche de Platón y la visita a los caldeos, donde quedó claro que, a pesar de sufrir fiebre, criticó la mala calidad musical de un flautista bárbaro de Tracia.
“Esta información nos dice dos cosas. Primero, que era completamente griego, porque para ellos los bárbaros no tenían sentido del ritmo. Y segundo, que estuvo lúcido hasta las últimas horas de su vida", concluyó Rannochia.
Herculano sufrió los abates de un material volcánico formado por ondas de gas con bolas de barro y magma que se solidificaron convirtiéndose casi en cemento.
Los expertos solo escavaron un tercio (cuatro hectáreas) de su superficie. El resto permanece escondido bajo centro urbano, y es imposible de explorar.