Revelan secretos del sacrificio de niños en Templo Mayor de México
El sacrificio buscaba terminar con una gran sequía a mediados del siglo XV.
Siete meses frenéticos. Los arqueólogos que participaron en la excavación del Templo Mayor de México encontraron una fosa común con restos de al menos 42 niños sacrificados durante el Imperio Mexica.
Entre julio de 1980 y enero de 1981 investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia recuperaron las ofrendas.
Los análisis posteriores determinaron que entre los fallecidos había 22 niños, de dos a siete años de edad, además de seis niñas.
Según Leonardo López Luján, director del Proyecto Templo Mayor, el sacrificio buscaba terminar con una gran sequía a mediados del siglo XV.
Algunos de los pequeños llevaban atavíos, collares de chalchihuites y una cuenta de piedra verde en la cavidad bucal.
La Ofrenda 48 se descubrió en el sector noroeste del Templo Mayor, una zona que correspondía a la etapa constructiva IVa, erigida durante el gobierno de Moctezuma Ilhuicamina (1440-1469), tlatoani (gobernante).
Cada uno de los complejos sistemas hidráulicos elaborados en época prehispánica sustentaba la vida cotidiana y la agricultura y también garantizaban la estabilidad política y social de la Cuenca.
Un trabajo de isótopos estables de oxígeno y fosfato realizado en la Universidad de Columbia Británica años después del hallazgo de la fosa estableció que los individuos sacrificados mediante degollamiento procedían del actual estado de Oaxaca excepto uno, que era oriundo del altiplano de Chiapas.
Sin embargo, tal y como relatan las fuentes documentales del siglo XVI, los mexicas también pagaron a las deidades con sus propios hijos.