Hiroshima, el horror atómico en el Memorial de la Paz
El parque Memorial de la Paz ocupa lo que antaño fue un humilde barrio de casas tradicionales de madera.
-
Hiroshima, el horror atómico en el Memorial de la Paz
En el corazón de una ciudad de más de un millón de habitante, destaca un remanso de paz. Un parque entre dos ríos, con amplias zonas de césped, árboles y un estanque artificial bordeado de setos.
Los visitantes pasean entre medio centenar de monumentos. Aquí se respira serenidad. Y sin embargo... sobresale, al fondo, un siniestro edificio en ruinas. Un símbolo del horror. Es Hiroshima.
El parque Memorial de la Paz ocupa lo que antaño fue un humilde barrio de casas tradicionales de madera. Vivían en él centenares de familias. Todo se destruyó el 6 de agosto de 1945, a las 8.15 de la mañana.
LEA TAMBIÉN: EE. UU. llama a masacres de Hiroshima y Nagasaki "pruebas nucleares"
Víctimas de la explosión
Apenas resistieron a la explosión atómica perpetrada por Estados Unidos algunas paredes de ladrillo y cemento. Entre ellas, las del antiguo Pabellón para la Promoción Industrial, que por aquel entonces albergaba oficinas administrativas del Gobierno y de organismos públicos.
En ese instante perecieron 70 mil personas. Otras 70 sucumbirían con el tiempo a los efectos de la radiación.
Sus nombres se conservan en el cenotafio en memoria de las víctimas de la bomba atómica, junto a los de todos los fallecidos por la barbarie nuclear, tanto en Japón como en el resto del mundo.
La lista se halla en una cámara de piedra donde está inscrito este epitafio: “Descansad en paz, pues no permitiremos que esto vuelva a ocurrir”.
Revivir lo ocurrido
Un millón de visitantes, aproximadamente, revive cada año el ataque nuclear en el Museo de la Bomba Atómica, dentro del mismo parque Memorial de la Paz. La muestra recrea el antes, el durante y el después.
Otro atractivo del parque son sus tres campanas de la paz. La más famosa tiene grabado el símbolo del átomo en el punto justo donde se percute con un tronco de madera.
Los estudiantes de primaria y secundaria de Hiroshima suelen depositar ristras de grullas de papel ante el monumento a la paz de los niños. Lo preside la figura de Sadako Sasaki, la niña de las mil grullas.
LEA TAMBIÉN: Un santuario natural crece entre las dos Coreas
Sadako tenía dos años cuando la explosión atómica la propulsó a través de la ventana de su casa. La pequeña creció fuerte y sana y con el tiempo se convertiría en una de las alumnas más rápida de su escuela. Sin embargo a los doce años le diagnosticaron leucemia.
-
Homenaje a Sadako Sasaki
Ingresó en el Hospital de la Cruz Roja. Fue allí donde aprendió la leyenda de las mil grullas de origami (papiroflexia japonesa), según la cual, quien logra doblar tal número de figuras ve realizados sus deseos.
La niña emprendió el reto con afán. Pedía papel de regalo a los pacientes, las amigas le traían papel del colegio e incluso utilizaba envoltorios de medicamentos. En menos de un mes, alcanzó las mil grullas. Y aún así, continuó.
Sadako falleció a los ocho meses de hospitalización.
Su fe y su tenacidad adquirieron proporciones de leyenda. Aún hoy hay jóvenes que regalan a los visitantes del parque Memorial de la Paz una grulla de papel.