El Valle de los Gritos: ¿Cómo es la comunicación en el Golán de Siria?
Miles de personas perdieron la comunicación con sus familiares tras la usurpación de “Israel” en el territorio.
En lo alto del Golán de Siria, una novia vestida de blanco se sienta cada año en uno de sus caminos para esperar por su esposo.
Según muchos, cientos de mujeres perdieron la comunicación con sus enamorados tras la ocupación de “Israel” en el territorio.
Décadas de gestiones del Comité Internacional de la Cruz Roja facilitaron el diálogo y casamiento entre ambas parte, pero de solo de manera intermitente.
El Valle de los Gritos
En junio de 1967, el sionismo ocupó unos mil 250 kilómetros cuadrados del Golán y actualmente usurpa la tercera parte de esa área.
Las autoridades sirias calculan que allí viven unas 17 mil personas en cinco aldeas: Majdal Shams, Buqata, Masada, Yin Qanya y Al-Ghajar.
Cada año, con motivo de la celebración de la guerra de octubre con Egipto, los autobuses parten desde Damasco con cientos de desplazados hacia el territorio, y, de igual forma lo hacen los del lado contrario.
Quienes allí estuvieron saben que en la gobernación Quneitra está Ain al-Tineh, también llamado “Wadi al-Suraj/ Valle de los gritos”, el lugar de conversaciones entre ambas partes mediante el uso de altavoces.
Para algunos presentes, el diálogo puede parecer inentendible, pero los interlocutores son capaces de relacionarse bien, y se observan con binoculares.
Aceptar el amor desde la distancia
Los matrimonios entre familiares y conocidos allí tardan meses y años en completarse debido a los procedimientos del colonialismo.
Una vez logrado, el novio tiene que caminar hacia una de las vallas mientras espera que la joven se ponga el anillo, el encuentro debe durar media hora.
Después las organizaciones internacionales gestionan el intercambio entre las dos familias y, bajo su colaboración, celebran una pequeña boda.
Sin embargo, esta alegría llega sentimientos de tristeza y dolor, pues el régimen colonial obliga a la persona comprometida del Golán a firmar un “acuerdo de no regresar allí”.
Pese a ello, este fenómeno del matrimonio, permite dar continuidad a las tradiciones y fortalece los lazos de comunicación entre los sirios.