No hay señales de retirada de Estados Unidos de Irak
La Casa Blanca tiene alrededor de dos mil 500 soldados en Irak cuyo objetivo supuestamente es combatir los remanentes de grupos terroristas.
Tras una reunión entre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el primer ministro, Mohammed Shia al-Sudani, no hay señales de que el país norteamericano se retire de territorio de Irak en el corto plazo, a pesar de los llamados para poner fin a la presencia de Washington en la nación de Medio Oriente.
Ambos dialogaron el lunes en suelo estaounidense y emitieron una declaración reafirmando la asociación militar y la continuación en julio de las conversaciones sobre el futuro de la coalición liderada por la Casa Blanca en Irak.
La administración norteamericana tiene alrededor de 2 mil 500 soldados en Irak como parte de una coalición anti-ISIS que se formó en 2014.
Al-Sudani ha dicho anteriormente que su país puede manejar los restos de ISIS que están en el país sin la coalición extranjera, pero Estados Unidos insiste en una proceso largo y prolongado para evaluar la amenaza del grupo terrorista.
Las partes parecen estar dejando abierta la posibilidad de una presencia continua estadounidense incluso si la coalición anti-ISIS pone fin a su misión en forma de asociación “bilateral”.
"Los dos líderes afirmaron que revisarían estos factores para determinar cuándo y cómo terminaría la misión de la Coalición Global en Irak y realizaría la transición de manera ordenada hacia asociaciones de seguridad bilaterales duraderas", expresaron.
Antes de su visita a Washington, al-Sudani escribió un artículo en Foreign Affairs en el que pedía un “nuevo tipo de asociación” con Estados Unidos.
El jefe del Ejecutivo iraquí manifestó que ha habido un acuerdo para "poner fin a la coalición internacional de manera gradual y ordenada en un calendario acordado", pero añadió que un comité "desarrollará una hoja de ruta para las relaciones futuras, incluida la presencia de asesores estadounidenses".
Al-Sudani comenzó a pedir el fin de la presencia estadounidense después de que Estados Unidos bombardeara a las milicias chiítas iraquíes que forman parte de las fuerzas de seguridad de Irak.
Washington lanzó una serie de ataques aéreos en la nación en represalia por los ataques con aviones no tripulados y cohetes contra bases estadounidenses en Irak, Siria y Jordania, que se produjeron en respuesta al apoyo de Estados Unidos a la masacre israelí de palestinos en Gaza.
El parlamento iraquí votó a favor de expulsar a las fuerzas estadounidenses en 2020, después de que un ataque con aviones no tripulados estadounidenses en Bagdad matara al general iraní Qasem Soleimani y al líder de la Fuerzas de Movilización Popular Abu Mahdi al-Muhandis.
Sin embargo, Estados Unidos se negó a irse y pudo quedarse a pesar de la oposición debido a su enorme influencia económica sobre el país.
Desde la invasión de 2003, las reservas extranjeras de Irak han estado en manos de Estados Unidos , lo que dio a Washington control sobre el suministro de dólares de Bagdad y la capacidad de devaluar el dinar, moneda nacional.
Estados Unidos también mantiene un estricto control sobre la capacidad de Irak para pagarle a su vecino Irán la electricidad que tanto necesita.