ONU advierte de devastación en Sudán por combates incesantes
Más de 14 mil personas murieron y 33 mil resultaron heridas. La hambruna ya azotó el campamento de Zamzam, a unos 15 kilómetros de Al-Fashir, la capital de Darfur del Norte.
La violencia implacable devastó Sudán y los combates a gran escala se intensificaron dentro y alrededor de la única capital de la región occidental de Darfur en Sudán que no está en manos de fuerzas paramilitares, informó esta semana el principal funcionario humanitario de las Naciones Unidas.
De acuerdo con la coordinadora interina, Joyce Msuya, una operación humanitaria a gran escala es "una cuestión de vida o muerte", al comentar ante el Consejo de Seguridad de la ONU la situación en el campamento de Zamzam, a unos 15 kilómetros de Al-Fashir, la capital de Darfur del Norte.
Sudán se sumió en un conflicto a mediados de abril de 2023 cuando las tensiones entre sus líderes militares y paramilitares estallaron en la capital, Jartum, y se extendieron a otras regiones, incluido Darfur.
La ONU afirmó que más de 14 mil personas murieron y 33 mil resultaron heridas.
Msuya instó al Consejo a exigir que el gobierno en guerra y la Fuerza de Apoyo Rápido se abstengan de atacar a civiles, hospitales, escuelas y otras infraestructuras civiles y permitan la entrega sin obstáculos de ayuda humanitaria a través de todos los cruces fronterizos y a través de las líneas de conflicto.
También pidió a los 193 países miembros de la ONU presionar a las partes "para acordar una pausa humanitaria para salvar vidas, dar un respiro a los civiles y permitirnos entregar asistencia".
Hace dos décadas, Darfur se convirtió en sinónimo de genocidio y crímenes de guerra, en particular por parte de las tristemente célebres milicias árabes Janjaweed, contra poblaciones que se identifican como centroafricanas o del este de África.
Hasta 300 mil personas fueron asesinadas y 2,7 millones tuvieron que abandonar sus hogares.
Ese legado parece haber regresado: en enero, el fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan ,indicó que hay motivos para creer que ambas partes pueden estar cometiendo crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad o genocidio en Darfur.
Msuya manifestó que "el mundo no debería tolerar en Al-Fashir las atrocidades que presenciamos en Darfur Occidental".
En junio, el Consejo de Seguridad adoptó una resolución que pedía "el cese inmediato de los combates y la desescalada en Al-Fashir y sus alrededores".
Lamentablemente, dijo Msuya, ambas partes ignoraron el llamado y los combates aumentaron durante la última semana con bombardeos "constantes e intensos".
"Los civiles, especialmente mujeres y niños, han sido atacados, al igual que sitios e infraestructuras civiles, incluidos hospitales y campamentos de desplazados internos", afirmó.
"De los tres hospitales principales de Al-Fashir, sólo uno está funcionando, aunque sólo parcialmente, tras un ataque que causó grandes daños en agosto", agregó.
En agosto, expertos internacionales confirmaron hambruna en el campamento de Zamzam , que alberga a unas 500 mil personas desplazadas.
Cerca de 1,7 millones de personas en el norte de Darfur enfrentan una "inseguridad alimentaria aguda", y otras 13 localidades en Sudán fueron identificadas como en riesgo de hambruna.
En febrero, Médicos Sin Fronteras anunció que un niño moría cada dos horas en el campamento de Zamzam.
Los últimos análisis realizados por la organización de ayuda médica y el Ministerio de Sanidad entre el 1 y el 5 de septiembre indicaron que la situación está empeorando.
"Alrededor del 34 por ciento de los niños están desnutridos, incluido un 10 por ciento que está gravemente desnutrido", expresó.
Los combates y las inundaciones han impedido la entrega de ayuda, pero a medida que las aguas de las inundaciones disminuyan en las próximas semanas, la ONU podrá comenzar a enviar alimentos y otra asistencia a Al-Fashir y otras áreas en riesgo de hambruna.
El subsecretario general interino de Asuntos Humanitarios destacó que dos claves para abordar "la atroz situación humanitaria" son la desescalada de los combates y la voluntad de ambas partes de facilitar el acceso a los necesitados.
"No tengan ninguna duda: sin un acceso seguro y predecible y un suministro constante de alimentos y suministros humanitarios, veremos un aumento dramático en la mortalidad, incluida la infantil, en Zamzam y otras áreas alrededor de Al-Fashir", puntualizó.