Población de Gaza enfrenta grave inseguridad alimentaria
El PMA expresó su profunda preocupación por la nueva decisión israelí de suspender los trabajos de la UNRWA en Palestina.
Al finalizar el mes de noviembre, más del 90 por ciento de la población de Gaza se enfrentará a una grave inseguridad alimentaria, auguró el Programa Mundial de Alimentos (PMA).
En su más reciente declaración, el PMA expresó su profunda preocupación por la nueva decisión israelí se suspender los trabajos de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA), entidad indispensable para proporcionar ayuda vital en Gaza.
Los sistemas alimentarios en ese enclave están devastados en gran medida debido a la destrucción de fábricas y tierras agrícolas, mientras que las tiendas y los mercados están casi vacíos, confirmó el diario palestino Al-Quds Libération.
El Programa advirtió que la crisis humanitaria en el enclave se convertirá en hambruna si no toman medidas urgentes pronto, ante la proximidad del invierno.
La entidad internacional cuenta hoy con unas 94 mil toneladas métricas de alimentos, suficientes para alimentar a un millón de personas durante cuatro meses, listas para ir a Gaza, pero es necesario abrir y asegurar puntos fronterizos.
Con el apoyo absoluto de Estados Unidos, el ejército de ocupación israelí libra una guerra genocida en la Franja de Gaza desde el 7 de octubre de 2023, que causó más de 140 mil víctimas, entre mártires y heridos, la mayoría de ellos niños y mujeres.
Además, más de 10 mil personas desaparecidas, en medio de destrucción masiva y hambruna que se cobró la vida de decenas de niños en uno de los peores desastres humanitarios del mundo.
Con un desprecio absoluto por la comunidad internacional, “Israel” mantiene sus masacres en Gaza, ignora la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU para detenerlas inmediatamente, así como las órdenes de la Corte Internacional de Justicia de tomar medidas para prevenir actos de genocidio y mejorar la catastrófica situación humanitaria en Gaza.
Prohibición de la UNRWA significa el exterminio de los refugiados palestinos
A la luz de la guerra emprendida por la ocupación contra el pueblo palestino, la Knesset aprobó en segunda y tercera lecturas, una ley que prohíbe la actividad de la UNRWA ignorando las advertencias internacionales contra este paso que viola convenciones y leyes globales.
El proyecto recibió el apoyo de 92 miembros, mientras solo 10 se opusieron, y estipula que la organización humanitaria “no operará ninguna oficina de representación, no proporcionará servicio alguno, ni llevará a cabo ninguna actividad, directa o indirectamente, en los territorios ocupados”.
Según la ley, cancelarán el acuerdo de 1967 que permitió a la UNRWA operar en los territorios palestinos ocupados, cesarán sus actividades y se prohibirá cualquier contacto entre funcionarios israelíes y sus empleados.
El secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, afirmó que la aplicación de la legislación tendría consecuencias devastadoras para los refugiados palestinos en los territorios ocupados, y lo calificó de inaceptable.
Por su parte, el Comisionado General de la UNRWA, Philippe Lazzarini, confirmó que la decisión constituye un precedente peligroso y una violación de la Carta de las Naciones Unidas y de las obligaciones de la ocupación según el derecho internacional.
En una publicación en la plataforma X, añadió que esta legislación es la última de la campaña en curso para difamar a la UNRWA y deslegitimar su papel en la prestación de ayuda y servicios humanitarios y de desarrollo a los refugiados palestinos.
Por su parte, el asesor de medios de la propia entidad, Adnan Abu Hasna, consideró la acción una grave amenaza para las actividades humanitarias en la región y tendrá amplias repercusiones políticas.
Desde el comienzo de la guerra de genocidio israelí contra Gaza, “Israel” convirtió las instituciones de la UNRWA en objetivos permisibles y asesinó a cientos de sus empleados y no deja de incitar contra ella bajo diversos pretextos.
La decisión sionista recibió un amplio rechazo en Palestina y entre la comunidad árabe e internacional.