Fuerzas armadas de Yemen atacaron el barco Kim Ranger, de EE.UU.
Las tropas yemenitas permanecen aferradas a sus principios de apoyo al pueblo palestino y hostigamiento a la entidad agresora israelí, y reiteraron que la navegación en el mar Rojo es segura, excepto para los barcos con destino a los puertos de la Palestina ocupada, o sus cómplices.
Las Fuerzas Armadas de Yemen atacaron al barco estadounidense Kim Ranger en el Golfo de Adén con misiles navales, admitió el portavoz del ente militar, general de brigada Yahya Sari.
El suceso ocurrió entre la medianoche del jueves y madrugada de viernes y el impacto fue directo, aseguró en un comunicado.
Como resaltó el vocero de las fuerzas yemenitas, la respuesta a los ataques estadounidenses y británicos llegaría de forma inevitable, y “cualquier nueva agresión tampoco quedará impune”.
Según el alto oficial, el movimiento de navegación en el mar Rojo y el mar Arábigo continuará con seguridad hacia todos los destinos, excepto hacia los puertos de la Palestina ocupada.
Esta prohibición es para la navegación israelí o aquellas naves con rumbo trazado hacia los puertos controlados por la entidad sionista y tal medida continuará vigente mientras no cese la agresión y se levante el asedio a Gaza, insistió.
También destacó que las Fuerzas Armadas de Yemen continuarán con medidas defensivas y ofensivas dentro del legítimo derecho de defender al país y el deber sagrado de apoyar al pueblo de Gaza.
Este miércoles, el portavoz del movimiento Ansar Allah, Muhammad Abdul Salam, calificó la continuación de la agresión estadounidense-británica contra territorio yemenita como un modo de insistir en la protección de la entidad israelí y un aval a sus crímenes.
Para Abdul Salam, la agresión de Occidente contra su país no impedirá a las fuerzas armadas yemenitas realizar operaciones en el mar Rojo, en el marco del apoyo al pueblo palestino.
Saná confirmó esta posición de principios desde el inicio de sus operaciones y sus funcionarios y altos oficiales advirtieron en varias oportunidades sobre los riesgos de militarizar el mar Rojo, en especial después del establecimiento por Estados Unidos de una coalición naval.