Miles de manifestantes salieron a las calles en varias ciudades de Argentina para repudiar las estrictas políticas fiscales de la administración de Javier Milei, a solo dos meses de su asunción como presidente.

Las demandas al Estado incluían garantizar una ayuda alimentaria a los pobres, para paliar el impacto del aumento de los precios y la adopción de las estrictas medidas de austeridad, no todas anunciadas con antelación por el mandatario.

Según reportó la agencia de estadísticas del país sureño la semana pasada, en enero la inflación mensual estuvo algo "aliviada", pero los precios de los bienes y servicios esenciales subieron un 254 por ciento interanual (para igual fecha del pasado año).

Cuando tomó las bridas, en diciembre pasado, Milei declaró iniciada una "lucha contra la inflación", y la semana pasada reafirmó ese compromiso.

Sin embargo, al decir de un dirigente sindical, Alejandro Gramajo, citado por la la AFP, en estos meses el gobierno logró crear una situación "muy crítica de pobreza".

Los costos de transporte se dispararon y el gobierno suspendió la ayuda crucial a los comedores populares, adonde acude un número cada vez más creciente de personas necesitadas.

En esas circunstancias, una de las consignas coreadas por los manifestantes en varias ciudades fue: "El hambre no espera".